Elon Musk debería tener el apodo de “Rey Midas”, porque todo lo que toca lo vuelve oro, tal como pasó con Twitter. El magnate por fin pudo concretar su deseo de comprar su propia red social, ya que la junta directiva de la empresa aceptó su propuesta. En el mundo hay incertidumbre por esta adquisición, ya que hablamos del mismo hombre que tiene el poder de afectar el valor de empresas y criptomonedas con solo un tuit. Por otro lado, este empresario necesita niñeras para que no se salga de control con esa misma red social.
Un trato que no se podía rechazar
La compra de Twitter por parte de Elon Musk se hizo con una oferta muy voluminosa. Para comprar el 100% de la empresa, Musk ofreció comprar todas las acciones a un precio de USD $54,20 cada una. Dicha propuesta ofrecía un precio 38% por encima del valor de cada acción. Después de reuniones y debates, el resto de los accionistas aceptaron la propuesta por decisión unánime. Con ese trato, Musk tendrá que pagar 44.000 millones de dólares en total.
Una vez realizada la compra, el empresario planea sacar a la compañía de la bolsa de Nueva York. Musk afirma que Twitter tiene el potencial de ser el estandarte de la libertad de expresión, pero no lo logrará mientras su valor dependa de la bolsa de valores. Si bien no es la red social con más usuarios en el mundo, es la que dirige los temas de conversación mundiales. Musk ya tiene varias propuestas, como nuevas prestaciones, compartir sus algoritmos de código abierto, combatir los bots y certificar que todos sus usuarios son humanos.
La dualidad de Elon Musk
El revuelo por este tema se debe a que Elon Musk es un empresario brillante, pero también es un hombre impulsivo. Musk, de 50 años, ha podido hacer de Tesla la marca de autos más valiosa del mundo en 2 ocasiones. Este hombre revolucionó la industria automotriz, siendo el primero en poder hacer de los autos eléctricos una moda y usando un modelo que muchas empresas están replicando. Incluso pudo sacar a Tesla de uno de sus momentos más difíciles, cuando intentó vendérselo a Apple. Entonces, este hombre sí que sabe hacer negocios.
Por otro lado, Elon Musk tiene la mala manía de usar su cuenta de Twitter para jugar con el mercado de valores. En una ocasión solo escribió Bitcoin con un corazón roto y eso bastó para que el valor de la moneda bajara un 6%. Ese tipo de comportamiento hizo que le pusieran un equipo de abogados para que supervisara lo que publica a modo de niñera. Además, envió su propio Tesla Roadster al espacio, con el cohete de SpaceX que ya casi está en Marte. Que un hombre tan impulsivo sea dueño de la red social más influyente del mundo es una receta para una nueva era en la comunicación. O para el desastre, depende de con qué humor se haya levantado.