Así, sin más preámbulos ni imágenes camufladas, llega el nuevo Jeep Wagoneer S 100% eléctrico. Eso último tiene un asterisco que rima con híbrido, pero ya llegaremos allí. Se trata del Jeep Wagoneer S eléctrico, sí así con la letra s al final, el nuevo integrante de la marca estadounidense que, rápidamente, saltó de la fase conceptual a la realidad. Más que otro SUV eléctrico, este es un paso más de Jeep para que se le reconozca como una marca premium de verdad.
Este es el primer modelo eléctrico de Jeep en su natal Estados Unidos y es todo lo opuesto al Avenger europeo. Hablando de Europa, Jeep tiene plena confianza que el Wagoneer S eléctrico puede hacerle frente a Land Rover, BMW o Mercedes-Benz en ese segmento de lujo. Una ambición impresionante, pero si logra engancharse del patriotismo americano, en su natal EE.UU. podría cumplir ese objetivo.
La versión más opulenta primero
Vamos a los números: el Jeep Wagoneer S usa la plataforma STLA de Stellantis, junto a un tren motor eléctrico con tres propulsores y un módulo de tracción por rueda. La potencia combinada es de 600 caballos, figura de la versión inicial o “Launch Edition”. Así que no descarte modelos con diferentes figuras más adelante, posiblemente de tracción trasera.
El Wagoneer S inicial ofrecerá una enorme batería de 100 kWh, con 94 de ellos netos de forma similar al Charger Daytona. Ello es suficiente para una autonomía estimada de 480 km, carga rápida de 20 a 80% en 20 minutos y suficiente jugo para motivar ambos motores. Como se le puede considerar una sucesora a la Cherokee SRT, el 0-100 km/h de la Wagoneer ronda los 3,5 segundos.
Hablando del Cherokee, este Wagoneer es más compacto que un Grand Cherokee, pero con una apariencia más sobria y deportiva. Su coeficiente de arrastre es de 0,29 cx, noción ayudada por los bordes suaves de la carrocería y la caída del techo estilo fastback, que se esconde tras los pilares D y culmina en un conjunto de alerón y spoiler.
Del concepto a la realidad… sin muchos cambios
De hecho, su diseño es casi el mismo al modelo conceptual que Jeep reveló hace unos años, con cambios diminutos para producción. La barra LED trasera es distinta, la parrilla iluminada adelante fue retocada y posee las siete barras horizontales típicas de la identidad Jeep.
No es una apariencia recargada ni demasiado complicada, esa simpleza funciona porque no parece una nave espacial ni intenta ser en extremo agresivo o retro. No por nada Jeep lo llama su “vehículo más aerodinámico y elegante de su historia” y en esta ocasión tengo que darles la razón.
Un Jeep con esmoquin y elegancia
Esa simpleza elegante se traduce al interior, que no intenta reinventar la interfaz automotriz ni asaltar los ojos con diez mil pantallas. Es cierto, tres interfaces se integran al tablero, pero no en forma de pantallas flotantes. Como el Porsche Cayenne, las pantallas hacen parte del tablero al grado que lucen convencionales, algo que digo como elogio.
Mucho cuero y una buena distribución de controles caracterizan el habitáculo, con toques como la perilla selectora de marcha y un volante con botones físicos con cuero sintético protegido por una cubierta de vinilo “antibacterias”. El sonido está firmado por McIntosh y es de 19 altavoces, hay acentos en zinc en la consola central, iluminación ambiente y ventilación al igual que calefacción para todas las plazas.
Ambiciones eléctricas e híbridas
Además de rivalizar al Lincoln Nautilus y Cadillac Optiq o Lyriq, Jeep va tras las marcas europeas. De nuevo, más versiones del Wagoneer S están en camino, con un precio más “amigable” respecto a los $72.000 USD de esta versión inicial. Algo difícil de justificar porque es un Jeep y aún no posee el prestigio premium de otras marcas.
Como si fuera poco, un Wagoneer S recibirá el motor a combustión Hurricane de seis cilindros, con posibilidad de versiones híbridas 4xe más adelante. En cuanto al Wagoneer y Grand Wagoneer convencionales, también se asoman nuevos modelos 4xe enchufables. Y como detalle final, una nueva generación del Cherokee debutará muy pronto.
Por ahora, el Wagoneer S es eléctrico, sobrio, bien equipado, pero quizá un poco ambicioso en su misión de poner a Jeep como una marca de lujo a tener en cuenta. En el papel, al menos parece un buen inicio.