Cuando las entidades gubernamentales y ambientales de Europa tomaron la decisión de prohibir los motores a gasolina para 2035, pensamos que sería una medida totalitaria bastante radical. Es decir, no más autos nuevos con el viejo motor a combustión interna, sin excepciones. Bueno, al menos que usted sea una marca que hace menos de 1.000 autos al año, en cuyo caso podía continuar con su labor. Todos los demás tenían que adherirse a la electricidad y punto.
Algo así no cayó en gracia con muchas marcas que aún ven valor en el motor a combustible y otras alternativas. Ante ello el parlamento europeo entregó una resolución modificada que aclara todo este asunto. En pocas palabras, para 2035 Europa sí espera prohibir motores que usen gasolina convencional, a menos que estos empleen combustibles sintéticos. Permítame explicarle las implicaciones de todo esto.
Gasolina pero con un asterisco
La legislación es un documento que podrá encontrar aquí si quiere leer un buen rato. Este confirma que Europa quiere conseguir la neutralidad de emisiones de carbono para 2035, con un giro total en el cambio climático para 2050. En efecto, los fabricantes tendrán que mover sus plantas bajo estas directrices a la hora de producir vehículos, y prohibe el uso de gasolina convencional.
Pero el motor a combustión interna puede seguir con vida, siempre y cuando use alternativas como hidrógeno o gasolina sintética cero emisiones. Si las marcas quieren apostarle a esto son bienvenidas de hacerlo, siempre y cuando sus autos no emitan emisiones dañinas. Todo vehículo que lo haga está prohibido, y ello incluiría aviones, barcos y la industria del transporte global.
Dejaré el debate de aviones y gasolina con plomo para otra ocasión, pero como BMW o Mazda lo aseguran, el motor de combustión interna tiene mucho por dar aún. Solo que dependerá de los fabricantes o petroleras en desarrollar esos combustibles sintéticos para preservarlo más allá de 2035. Y lo más seguro es que algunos se arriesguen (como Porsche), pero propulsores de ese tipo serán más escasos de lo que cree.
Europa debe considerar las demás alternativas
Otro elemento a considerar es que Europa piensa que la electricidad es la respuesta, aunque al menos esta vez cedió y dejó que los motores a gasolina se cuelen en la conversación. No tengo que decirle que la minería de litio es algo tan dañino y el transporte en barcos también altera el ambiente. Para ello es imperativo que lleguen baterías de compuestos sintéticos y que la industria del transporte adopte energías limpias si Europa quiere lograr esa neutralidad.
En cuanto a las marcas, la imposición de estas fechas límite y objetivos de emisiones limita un poco el desarrollo de alternativas. Enfrentados a la posibilidad de explorar elementos como hidrógeno, energía eólica o cosas así o adoptar la electricidad que ya es bien conocida, muchos optan por la segunda. Y usted podrá decir que un eléctrico es mejor que un motor a gasolina, pero ambos tienen sus pros y contras.
Es cuestión de quién logra mover sus fichas para cumplir con esos requisitos, y tener una alternativa lista y totalmente desarrollada a tiempo. Es decir, una marca que tenga electricidad pero también motores a hidrógeno o gasolina sintética confiables con una red que soporte esto en todo el mundo. Y esa última parte no es tan difícil, ya que existen miles de estaciones de servicio que podrían ofrecer este tipo de combustible en vez del líquido actual.
Legado más que asegurado
Si le pregunta a este servidor, el motor a combustión interna no desaparecerá. Puede que no sea prominente en las próximas dos o tres décadas, pero seguirá vivo y coleando. Si bien existen conversiones eléctricas a clásicos, muchos se resistirán a hacerlas. Otras áreas del mundo como América Latina requerirá más tiempo para hacer la transición, y los fabricantes conservarán lo que funciona: la gasolina. Eso sin contar a quienes decidan mantener la pureza de un clásico, cueste lo que cueste, y la gasolina sintética es perfecta para tal fin.
La longevidad de estos motores dependerá de nosotros y del desarrollo que se les dé por parte de las marcas. Si se inventan una forma de procesar gasolina cero emisiones sin reaprovechar gases dañinos en el aire, el futuro del motor a combustión estará asegurado, así sea una fracción del mundo automotor nada más.
