Existe una designación de pureza, levedad y prestigio, presente desde sus orígenes, para cualquier auto con la insignia de Porsche. No es Turbo, tampoco Carrera o Targa. Speedster es el nombre que está buscando y fue parte de la gran mayoría de generaciones del Porsche 911, a excepción de una concreta: el 993. Bueno, al menos hasta ahora.
No importa que el último 911 con motor refrigerado por aire se dejara de ensamblar hace 25 años. La división Sonderwunsch de Porsche literalmente cumple los sueños de sus clientes más estimados, como un 911 Speedster 993 construido oficialmente por Porsche. Y sí, sabemos que no es el primero, que existen compañías que también cumplen estos caprichos. Pero, para dejar las cuentas claras, este es sólo el cuarto 993 Speedster sancionado por la marca.
Soñando con el 911 que Porsche nunca creó
El diseñador italiano Luca Trazzi llegó a las oficinas de Porsche Sonderwunsch con un solo sueño: ese 911 de sus sueños, un 993 Speedster. De las dos generaciones anteriores Porsche creó un Speedster y luego hasta el 997 moderno repitió, pero nada de 993 ni 996. Y este italiano no quería nada más que un Porsche hecho a la antigua con la legendaria designación. Una que es sinónimo de ligereza, pureza y conducción por encima de la potencia bruta.
La división de “deseos únicos” de Stuttgart aceptó el reto, proceso que necesitó de tres años y que por fin pudo salir a la luz del día en la pasada edición de Pebble Beach. Proyecto que partió de un 993 Carrera RS Cabriolet de 1994, equipado con un motor bóxer de 3,8 litros y 296 hp, junto a una transmisión manual de 6 velocidades. Para entonces, ese era el 993 “de entrada”, antes de la tracción total y los turbo.
Restomod 100% original
En muchos aspectos, este proyecto es un restomod. Porsche restauró por completo el chasis, carrocería y motor del 993, agregando uno que otro componente moderno. Como luces LED, un radio retro moderno de Porsche PCCM, un motor calibrado para exceder los 300 hp, suspensión mejorada, entre otras.
Trazzi trabajó con Porsche en el diseño del color y la parte trasera aerodinámica, con los dos “morros” aerodinámicos característicos de los 911 Speedster. La pintura Otto Yellow fue desarrollada desde cero para este 993 en específico, atravesada por sutiles detalles y líneas en color negro. Como aquella que divide esa zona speedster de este 911, que lo convierte en un biplaza y se une con la parte trasera y alerón activo de esta generación.
Rines de un 993 Turbo pintados en negro, con un contorno en amarillo y los necesarios emblemas Speedster sobre las puertas y parte trasera completan el exterior.
Todo un juguete de colección
Todo el interior recibió tapicería nueva en color negro, atravesados por un patrón a bandera de cuadros amarilla en las sillas. Misma tonalidad de los indicadores del clúster y de los estribos, que también son iluminados y rezan “Speedster LT”, iniciales de su creador.
Quizá el único detalle que no sigue la pureza de un Speedster son los detalles extra. Esta nomenclatura denomina a los 911 más puros y ligeros, con una experiencia más visceral de manejo sin demasiadas asistencias. Así que el cuero, vidrios eléctricos y conveniencias modernas chocan con esa filosofía. Pero lo creó Trazzi, no nosotros, además se basa en el ligero Carrera RS, así que eso cuenta para más pureza.
Este Porsche 993 Speedster viajó a Monterrey (California) para desfilar por el Concours d’Elegance junto a su dueño, quien lo recibirá por fin luego de tres años a la conclusión del evento. Ciertamente es un auto único y demuestra una vez más que nos falta mucha influencia y vivir en Europa para convencer a Porsche de que nos construya el 911 de nuestros sueños.