Como en la medicina o la política, una promesa no es garantía de que algo sucederá. Cuando Stellantis se formó y asumió las riendas de 14 marcas, lo hizo con una declaración: adoptarlas a todas, alimentarlas y volverlas una vez más fuertes, sanas y rentables. Sin embargo, la realidad es que años después Stellantis descubrió que tanta marca no es buena idea, por lo que juegan con la idea de “reducir su familia”, empezando por Maserati.
¡Qué ironía! Luego de sacar a Lancia del abismo, de refrescar la imagen de Opel/Vauxhall y hacer lo posible por revivir a Chrysler, Stellantis quiere tirar la toalla. Esto no es “Más barato por Docena”, así que tantos hijos demandan mucha atención y cuidado, Además, cuando se trata de un negocio, es necesario hacer sacrificios para el bien de todos.
Esa sería la razón por la cual Stellantis cambiaría su enfoque, Maserati es sólo una marca que “no tiene el desempeño ni ganancias esperadas”.
Un Tridente poco saludable
La realidad es esta: la casa del Tridente italiano no es rentable hace mucho. ¡Vaya sorpresa! Desde que tenemos uso de memoria, Maserati no ha logrado esa estabilidad que tantas otras marcas sí poseen, incluso a pesar de incontables alianzas y modelos que, para bien o para mal, se ganaron el cariño de muchos.
Stellantis asumió el control de Maserati en 2021, luego de unir al grupo FCA (Fiat Chrysler, dueños de Maserati) con el grupo PSA. Desde entonces, Stellantis trazó un plan para que cada marca fuera rentable y, en casos como Lancia o Maserati, recuperara su estatus.
Considerables esfuerzos se pusieron en Maserati, como la familia de modelos Folgore, una nueva generación del GranTurismo y GranCabrio y el adiós de sus viejos motores V8. A futuro planean un MC20 eléctrico, al igual que una nueva generación del Quattroporte, Levante y Ghibli. Al menos, eso quería Stellantis.
Sentencias de muerte
Pues bien, Reuters nos informa que el jefe máximo de Stellantis, Carlos Tavares, está dispuesto a vender o desaparecer las marcas que no sean rentables. “Si no generan ganancia, vamos a cerrarlas o venderlas” sentenció el CEO del gigante automotriz.
Tavares no señaló explícitamente a ninguna marca bajo la sombrilla de Stellantis, sin embargo, Maserati es la primera candidata a salir. Se rumora que ejecutivos de Stellantis exploran alternativas para que Maserati cambie de manos y, por lo menos, su nombre perdure en los libros de historia. Su bajo desempeño en ventas en 2024 sería la razón por la cual Stellantis tomaría la decisión de “ceder ese problema a otro conglomerado”.
Hora de reducir la ambición en Stellantis
Hay que considerar que Maserati no es la única en problemas. Ignoremos a Lancia por un segundo, que acaba de renacer y necesita tiempo para acomodarse.
En Estados Unidos, Maserati, Fiat y Chrysler son casi inexistentes, sea por su portafolio pequeño o sus precios poco competitivos. El Dodge Hornet pasó con más pena que gloria en ese mercado y, si vamos a analizar, Jeep y RAM son las dos marcas que más venden. Chrysler aún no revive y, más allá del valor sentimental, podría ser un ancla más que un éxito.
Por el lado de Europa, Citroën, Peugeot, Opel y Vauxhall se mantienen firmes, a pesar de cierto motor y su debacle. Alfa Romeo es quizá la única en duda, al igual que Maserati. Así pues, la decisión de eliminar alguna de estas marcas es algo radical, me inclino a creer que Stellantis buscará la forma de vender algunas marcas para eliminar esos “lastres”.
¿Sabe qué más pienso? Que Stellantis fue demasiado ambiciosa. Es válido su sentimiento de apoyar tantas marcas y hacerlas rentables, pero 14 son demasiadas. Quizá es hora de dividir a sus marcas más fuertes en los lugares donde mejor se desenvuelven: Fiat para Europa y Latinoamérica; Dodge, Jeep y RAM para Norteamérica; Citroën, Peugeot y Opel en el Viejo Continente; con Alfa Romeo como una rama “premium”.
Quizá, con ese cambio de enfoque, Stellantis no tendrá que jugar a ser Thanos y enviar al olvido a varias de sus marcas. Ya veremos qué ocurre con ese gigante automotriz.
