Aunque se trata de un Corolla moderno con todo y los beneficios que eso implica, la versión GR (no confundir con GR Sport) se toma muy en serio el regreso de Toyota hacia una camada de autos más emocionales y puros en el sentido más amplio del término. Y justamente eso quisimos comprobar durante nuestro tiempo con el GR Corolla en el World Car Awards.
A falta de Delta Integrale, con un Lancer Evolution bien enterrado en su tumba y con un Subaru WRX STI que ha tardado bastante en reinventarse, llega Toyota y nos da lecciones de lo que debe ser un compacto ultra-vitaminado, casi salido de un rally y con toda la eficacia de un sistema de tracción total que se une a una caja manual y un motor turbo. No mencionamos el fantástico Civic Type R porque Honda, respetablemente, se sigue apegando en ese caso a la tracción delantera.
La fórmula perfecta
Ya habíamos visto con anterioridad el GR Yaris (de acceso complicado y escurridizo en Colombia) y este Corolla es la evolución de ese concepto sobre la base de un modelo con más presencia global: regresa el tres cilindros turbo de 1.6 litros que ahora se ajusta a 300 caballos de potencia y queda con un torque de 370 Nm, una cifra altísima para un auto que no llega ni a los 4.5 metros. Ese par basta para impulsar con soltura una camioneta.
Y en un chasis más rígido con suspensiones endurecidas y vías ensanchadas, unas pegajosas Michelin Pilot Sport 4 y unos frenos directos y sobredimensionados, lo que brilla por sobre todo lo demás es exactamente el motor: con tres cilindros y un desplazamiento mínimo (1.6 litros), es impresionante que sea tan elástico y poco abrupto, la integración y el desarrollo de la sobrealimentación nos dan una planta de poder emocional, viva y muy utilizable incluso para tareas del día a día.
La caja manual nos retroalimenta con un clutch fácil de juzgar al arrancar y una palanca firme y precisa de la que, eso sí, esperaríamos una sensación un poco más mecánica al insertar cada marcha. Los recorridos son cortos y queda claro que los japoneses son los reyes de la industria cuando se trata de concebir transmisiones de tres pedales: ejemplos de sobra hay también para citar en Honda o Mazda, además de este Toyota.
Juguetes con ADN de rally
Sin ser el Circuit Edition que manejamos el Corolla GR más purista que existe (eso le corresponde al Morizo), el enfoque al alto desempeño se delata en un techo de fibra de carbono y en el ajuste manual del diferencial central, que con girar una perilla en la consola nos puede cambiar el reparto de fuerza entre los ejes y se siente cuando uno trata de salirse con mejor ritmo de una curva: del predecible 50:50, podemos pasar a un conservador 60:40 (adelante:atrás) o a un más radical 30:70.
El veredicto de nuestro tiempo con el GR Corolla en el World Car Awards es que este es un Corolla para track days con una dureza de sus mandos y unos asientos agresivos que no serán aptos para todos. Es también un Corolla que fluye en una vía de montaña como máquinas mucho más costosas, un Corolla que también puede rodar cómodamente a 200 km/h. El potencial de un inofensivo auto compacto es algo que se ha demostrado con creces desde los años ochenta y es bueno ver que un fabricante se anime a hacerlo otra vez, así sea para el disfrute de unos pocos que lo sabrán valorar por lo que es.
Toyota GR Corolla
| Largo | 4.40 metros |
| Tipo de motor | Tres en línea 1.6 turbo |
| Potencia | 300 caballos |
| Torque | 370 Nm |
| Tracción | En las cuatro ruedas (AWD) |
| Transmisión | Manual, seis velocidades |
