Tantos avistamientos sólo significan una cosa: un lanzamiento inminente. Aquí tiene al Mazda CX-5 2026, camuflado durante su fase de pruebas para lo que será un modelo que traiga importantes novedades, entre ellas una nueva familia Skyactiv-Z de motores y versiones híbridas completas y ligeras.
Es cierto, parece ser la CX-5 que conocemos desde finales de 2016 y eso es porque lo es, bueno algo así. Será un rediseño sí, pero con más novedades por dentro que por fuera. Sí no está roto, ¿para qué romperlo? Eso es lo que proclama el Mazda CX-5 2026, captado en vídeo mientras recorre las vías de Estados Unidos, con la marca usando unas Kia Sportage y Honda CR-V como referencia.

Es más, no descarte que el CX-5 también se ensamble en EE.UU., dada la postura de esa nación y sus aranceles.
Evolución de forma, pero revolución híbrida
Sin duda, el nuevo Mazda CX-5 llegará antes de iniciar 2026, con la novedad de motores híbridos. No sería la familia Skyactiv-Z aún, porque ella debutaría para 2027 o incluso 2028. En su lugar, Mazda tiene suficientes alternativas, como la motorización ligera de los 3 y CX-30, la completa de la CX-50 (compartida con Toyota) y la enchufable de los CX-60 y CX-90.

Aunque sea similar al actual CX-5, hay otros cambios importantes. Este prototipo luce más grande y amplio, con mayor distancia entre ejes y longitud, para referencia el actual flota entre 4,55 m de largo y 2,7 m entre ejes. Se aprecian frenos de disco, posiblemente con regeneración, al igual que una suspensión independiente en ambos ejes.
Cambios por dentro y por fuera
Por el lado del diseño, el CX-5 2026 parece ser una evolución más de la filosofía Kodo de Mazda. La parrilla sonriente en forma de D es más angular y se ve flanqueada por dos faros horizontales, tomando inspiración del concepto Arata y de la familia CX-60 y CX-90. Atrás se asoman luces alargadas tal y como los modelos citados, pero con una silueta muy similar al presente CX-5. En ese sentido es una evolución que preserva la elegancia que caracteriza a la marca, en vez de una revolución.

Su cabina tendría una pantalla mucho más prominente y, posiblemente, táctil. Ruta que Mazda aún no quería explorar, pero que al parecer cambiaría en favor de las tendencias del mercado. Materiales suaves, conectividad inalámbrica y asistencias al manejo no faltarían.
Ahora a aguardar el lanzamiento de este modelo, que sin duda tendrá lugar antes de terminar este año.