La gente de Hennessey debe frotarse las manos con gusto cada vez que un nuevo modelo americano de alto desempeño llega al mercado. Aparte de forjar creaciones propias con potencias absurdas, Hennessey se dedica a envenenar todo tipo de camionetas y muscle cars, y tan pronto como lograron poner sus manos sobre el Ford Mustang Dark Horse, cosas mágicas iban a suceder. Mágico no en el sentido de Harry Potter, sino en el grito glorioso de un V8 made in the USA.
La nueva generación del Ford Mustang trajo consigo al Dark Horse, primer “nombre nuevo” en el establo de la marca en más de dos décadas. Este se supone que es el Mustang más extremo para la calle y la pista, con una variante R en camino y que también sirvió de base para el regreso de Ford a las competencias de Le Mans al igual que categorías GT4. Claramente Hennessey no quiere esperar a que Ford revele al Dark Horse R o a que Shelby modifique al nuevo Mustang. Ya sabe, por tener el honor de ser los primeros en desatar el potencial del nuevo Mustang, cuestión de honor y alardeo si usted nació o vive en Estados Unidos.
Nada más americano que un V8 supercargado
No es sorpresa que Hennessey siga una fórmula muy clara al modificar autos de todo tipo, y el Ford Mustang Dark Horse no es la excepción. Identificado con el código H850, recuerde ese número porque es importante, Hennessey da rienda suelta a su creatividad con el V8 Coyote naturalmente aspirado de Ford. Esa última parte se la tomaron como un insulto y agregaron lo que siempre debió tener encima del múltiple: un generoso supercargador como buen auto americano.
Junto a este sobrealimentador Hennessey añade un sistema de inducción de alto flujo, nuevos inyectores de mayor capacidad y bomba de gasolina. Al final del día el V8 del Dark Horse tiene componentes reforzados, como doble cuerpo de aceleración y bielas del Mustang GT500, así que no mucho tiene que alterarse. El resultado lleva al “potro oscuro” de 500 a los 850 caballos de potencia. Eso es un 70% más de poder, o eso dice Hennessey. Su torque, figura mágica en el mundo de la aceleración, también asciende de 587 a 881 Nm.
Lo mejor es que el Dark Horse viene de fábrica con una transmisión manual Tremec de 6 marchas, para controlar toda esa ira del Hennessey H850. ¿Lo ve? Ese número era importante.
Los retoques estéticos en fibra de carbono
Puede que Hennessey ame los motores enormes con potencia descomunal, pero ese no es su estilo. Pudieron simplemente dejar al Mustang Dark Horse con ese incremento de poder y parar, pero tenían que seguir.
La aerodinámica y apariencia fue el siguiente objetivo de Hennessey, agregando un alerón y splitter frontal en fibra de carbono, al igual que faldones y rines forjados en aluminio para estabilizar a este caballo cuando viaje a altas velocidades. Estéticamente colocaron un par de calcomanías y líneas de carrera para que el Dark Horse luzca como un auto de carreras, y agregaron la H de Hennessey desde los rines hasta los apoyacabezas.
Si eso no hace “girar cabezas a donde vaya” como dice John Hennessey, tal vez la ruidosa nota del escape lo haga. O la imagen de este Mustang derrapando y dominando en una pista, porque su suspensión independiente magnética y frenos Brembo lo hacen toda un arma para la pista. Tanto así, que Hennessey decidió dejar esos aspectos sin alterar, y como puede ver solo alteraron la aerodinámica y añadieron 350 hp más a la receta.