Tal parece que la tendencia de maquillar autos con elementos que no son no es exclusiva de Japón. No le digan a toda la cultura boomer en EE.UU., pero este NO es un Dodge Charger. Para el ojo entrenado es claro que hay algo que no cuadra en su silueta larga, y eso es porque tras el rostro de Charger se esconde un Dodge Challenger moderno. Así es, este puede ser el sueño húmedo de los fanáticos gringos con más de 50 años de edad o que tengan el apellido Toretto.
Esta creación es obra de de eXoMod Concepts, y sí así se escribe el nombre de este preparador estadounidense. Si Dodge pudiera, serían capaces de lanzar algo así y mostrarle el dedo del medio a la tendencia electrificada, pero el Charger de ellos es algo distinto. Lo que propone este preparador es una realidad alternativa en donde el Charger no es un sedán y siguió los pasos retro de su hermano menor, el Dodge Challenger. Y por supuesto que tiene un V8 enorme, nos ofendería si no fuera así.
Reviviendo el pasado con la tecnología del presente
En esencia esta es una conversión o bodykit en fibra de carbono para alterar la apariencia del Challenger y recordar los buenos tiempos. Completar este ejemplar tomó 1.500 horas, y ayuda a abrir espacio en la bahía del motor para instalar cualquier motor V8 loco que se le ocurra. No solo eso, gracias a la fibra de carbono este Challenger es 181 kilos más ligero que de costumbre. Tal vez por eso su nombre es Quicksilver, aunque dudamos que también pueda detener el tiempo y moverse con fluidez.
eXoMod instaló un V8 Hemi 6.2 litros del Hellcat, que no recibe grandes cambios y mantiene su potencia en apenas 808 caballos. Considerando que hay más espacio, fácilmente el motor Hellephant o un supercargador descomunal (como el del Demon 170) entran a la perfección en este Frankenstein que rinde tributo a la época dorada del muscle car. Lo que sí cambia son los frenos y llantas, mejorados con discos perforados Brembo y cauchos Nitto NT555. A ver si uno de estos funciona para un remake de Bullitt y su persecución legendaria, aunque hay cosas que no necesitan remake como el Charger 1968-69.
Como suele ser el caso para muchos productos norteamericanos, el estilo y verse rápido prima sobre la funcionalidad. Apuesto a que este bebé engañará a más de uno, en especial si acelera a toda velocidad en línea recta. eXoMod quiere construir 10 ejemplares de su “Charger modernizado”, cada uno por la módica suma de 345.000 dólares. Con ese tipo de dinero es más sencillo restaurar uno original o encontrar un Charger Daytona/Plymouth Superbird en un estado decente, y al menos esos son clásicos de época, no una réplica modernizada. A veces es mejor dejar el pasado atrás, pero autos como este prueban que muchos seguirán intentándolo.