Range-Rover-clásico-eléctrico
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Vaya combinación la que esconde este monumento a la Inglaterra de antaño. En la actualidad cada vez son más los proyectos restomod que combinan el estilo de un auto clásico con lo moderno de un tren motor eléctrico, y este Range Rover es el ejemplo perfecto. Y la compañía tras este proyecto sabe una cosa o dos acerca de conversiones a motores eléctricos.

Su nombre es Lunaz, y tal vez los recuerde por convertir a un Rolls-Royce Phantom V en un moderno vehículo cero emisiones. Siguiendo la temática de autos que aparecen en la saga James Bond, es el turno del Range Rover clásico de ser un eléctrico descapotable como el que aparece en Octopussy. Tal parece que ser británico implica hacer al menos una referencia a James Bond sin importar el contexto.

Clásico reimaginado

Toda la simpleza de un auto original con un propulsor moderno y silencioso. Aunque no le guste, esta es una gran forma de mantener vivos a los clásicos de toda la vida.

Aunque si la idea de un Range Rover convertible (y la pérdida de rigidez en el chasis) no es lo suyo, Lunaz también tiene una conversión “normal”. Y con normal me refiero a que tiene techo y todo lo que posee aquel 4×4 de los setenta u ochenta. Hace un año que Lunaz se embarcó en la tarea de restaurar y electrificar al clásico Land Rover, pero hasta hoy vemos parte del resultado y la idea de quitar por completo el techo.

El proceso empieza desarmando por completo al Range Rover clásico para reforzar su chasis con acero nuevo y eliminar imperfecciones u óxido. Los frenos reciben una mejora, con discos de seis y cuatro pistones para ofrecer capacidades regenerativas al propulsor. La suspensión también recibe un “fortalecimiento total”, con nuevos amortiguadores para ese toque extra en terrenos difíciles.

El corazón de este Range Rover eléctrico es un propulsor que lleva 360 hp y 612 Nm de torque a las 4 ruedas, mucho más rápido que el V8 del auto clásico. Lunaz dice que invierte hasta 50.000 horas en rescatar, restaurar y repotenciar estos Land Rovers, y como dice un dicho “el diablo está en los detalles”. Y en este caso sí que se nota.

Finos acabados ingleses

¿A qué me refiero? El interior es una bonanza de materiales eclécticos hechos a la medida, que respetan el espíritu del Range Rover con un toque moderno. El modelo con cabina cerrada (Town) respeta el tablero original y agrega una pantalla de 6” con conectividad y sonido moderno de 1.300 watts. La consola central en madera recibe portavasos con calefacción y ventilación, carga inalámbrica y hasta una nevera. ¡Hasta los asientos tienen masajeador!

Para el modelo descapotable la madera asciende a otro nivel, ya que son enchapados de nogal resistentes al agua (por aquello de no tener techo). La parte trasera tiene dos largas butacas para acomodar hasta seis pasajeros y que disfruten la experiencia al aire libre con amenidades como una nevera o puertos de carga USB.

Tal vez quiera sentarse para lo que sigue, porque todo este derroche tiene un precio. Lunaz declara un valor de 245.000 libras por la conversión, y a eso súmele todos los elementos personalizados que quiera. Porque sí, eso es una opción. Si tiene la cuenta bancaria para hacerlo cuéntenos qué tal es el proceso, y si vale tener un Range Rover electrizado como este.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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