¿Cuándo es apropiado decir “suficiente”? Para unos basta con un modo de transporte propio sobre dos o cuatro ruedas. Para otros si no es de una marca premium como BMW o Mercedes-Benz entonces no vale la pena. Y para algunos, una limusina o incluso o Bentley o Rolls-Royce son “insuficientes”. Aquí es donde entra Brabus, que decidió probar suerte con el Mercedes-Maybach S 680 creando lo que posiblemente sea la limusina o sedán de lujo más potente del momento.
Lo que hace especial a este vehículo es la cantidad de nombres bajo su nombre y motor. Cualquier Mercedes-Benz con el sello de Maybach representa el pináculo del lujo que puede ofrecer la marca germana en cualquiera de sus modelos, y el Clase S es su buque insignia. Brabus es, después de AMG, el preparador más emblemático de Mercedes-Benz, y por estos días rara vez tienen la oportunidad de modificar un V12.
La berlina para viajar a fondo… todo el tiempo
Por eso es especial este Mercedes-Maybach S 680, denominado Brabus 850. Conocemos muy bien lo que sabe hacer el preparador con el V8 de Mercedes-AMG, que bien podría hacer su regreso triunfal, pero con el V12 no se quedaron cortos. Dos turbocargadores más grandes y un desplazamiento aumentado a 6.3 litros hacen que este motor pase de 603 a 840 caballos de potencia, con un monstruoso torque de 1.100 Nm.
Tales números viajan a las cuatro ruedas cortesía de una transmisión automática de 9 marchas. Según Brabus esta enorme limusina de casi 2.5 toneladas es capaz de impulsarse de 0 a 100 km/h en 4.1 segundos, y está limitada a “solo” 250 km/h. Nada discreto es su sistema de escape, que permite que el V12 cante sin restricciones para el deleite de sus pasajeros, que prefieren ese rugir al tono de una pieza clásica de Mozart.
Un poco de lujo adicional no sobra
El exterior relativamente “sutil” del Mercedes-Maybach S 680 fue mejorado con insertos de fibra de carbono y rines Brabus Monoblock de 22”. La suspensión de aire también fue retocada, con un programa especial para rebajar la altura de este Maybach unos 20 milímetros. Es un aspecto siniestro pero sin mucha exageración, casi como la limusina deportiva que conduciría algún villano o magnate con demasiada prisa.
En el interior Brabus no tiene que añadir mucho lujo, pero eso no los detiene. Nuevos asientos en cuero negro con patrones redondos y apliques de fibra de carbono sobre el tablero expanden la experiencia lujosa de Maybach, que incluye pantallas para los pasajeros de atrás y hasta copas de champaña. ¿Es una berlina demasiado decadente? Ciertamente, pero cuando se tiene un auto de sus capacidades, lo que importa es presionar a fondo el acelerador y dejarse llevar por esta siniestra limusina alemana.
