El flamante Nissan Z apenas está llegando a los concesionarios y ya hay uno destruido. En este caso no es por el descuido de algún conductor que decidió creerse piloto de carreras. No, este deportivo japonés ni siquiera logró llegar a manos de su dueño, ya que el responsable tras su aparatoso choque es el concesionario. En concreto, el detailer de un concesionario en Puerto Rico es el culpable de destrozar este Nissan Z totalmente nuevo.
¿La razón? El hombre tenía las llaves del auto y quiso hacer unos derrapes o drifts. Normalmente la labor de un detailer es dejar reluciente nuestro carro, no destruirlo como este Nissan Z; en especial si se trata del empleado oficial de un concesionario de la marca. Y así fue a parar el pobre auto a un estacionamiento, donde yace a la espera de ser revivido, aunque la cosa no pinta bien para el Nissan Z.
Alguien deberá dar muchas explicaciones
El video fue compartido en un grupo de Facebook centrado en el nuevo Nissan Z, por un usuario identificado solamente como “Rubert”. En él se ve como el hombre maneja a través de un estacionamiento y contempla el deplorable estado del Nissan Z. Aquí se nota que todo el costado izquierdo está destrozado, la suspensión delantera seriamente afectada, y el capó o cofre abollado. Ni el detailer más talentoso del planeta podrá hacer relucir de nuevo a este Nissan.
De acuerdo al usuario que subió el video, el hombre en cuestión decidió “probar los límites” del Nissan Z detrás del concesionario. ¿El problema? Hay más vehículos en ese estacionamiento, y estaba lloviendo. Aparentemente el hombre chocó contra una camioneta RAM, causando el daño que aquí ve en el video. Este Nissan Z ya estaba vendido, por lo que el dueño estará todo menos feliz ante el destrozo que causó ese empleado del concesionario.
El optimismo nos hace pensar que alguien rescatará este Nissan Z y por lo menos vivirá como un auto de carreras, modificado o algo por el estilo. Pero el daño en la suspensión y probablemente en el chasis nos hace pensar que es pérdida total. Una F en el chat por este soldado caído que ni siquiera llegó a ser disfrutado por su dueño.