Ventana-concesionario-Bogotá
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Cuando todo tiene que salir mal, saldrá mal y si no me cree pregúntele al protagonista de la historia de hoy. Parece que alguien quiso imitar a ese youtuber ruso en Bogotá, solo que con un Sandero como su corcel y la ventana de un concesionario de Renault como su objetivo. Al menos eso sugieren las imágenes de este infortunio en pleno centro de la capital colombiana.

Después de una exhaustiva búsqueda que consistió en navegar Twitter y TikTok por dos horas (o más, pero no le diga a nadie), la conclusión a la que llego es que este fue un accidente sin malas intenciones. Y es justamente lo que ve: alguien atravesó la ventana de un concesionario en Bogotá y terminó en la calle, donde luego chocó con otro vehículo allí estacionado. A menos que internet me haya mentido, parece que no hubo heridos en todo el asunto.

“Bug” en la vida real

Parte de mi quiere decir “esto es lo que pasa cuando le dan el pase de conducción a cualquiera” pero no quiero saltar a conclusiones. Digo, un accidente le puede pasar a cualquiera, ¿verdad? No todos nacen con el chip puesto que los vuelve unos magos al volante. Muchas personas por cosas de la vida confunden el pedal del acelerador con el freno (o viceversa) y por ello ocurren sucesos como este. No será la primera, ni tampoco la última.

Al revisar minuciosamente los videos de varios usuarios en Twitter que captaron las consecuencias del accidente, esta es mi teoría. Una persona quería comprar un auto nuevo, y es por ello que el asesor del concesionario le ofrece un Sandero. El interesado se sube, siente el olor a carro nuevo y hasta lo prende, hasta ahí normal. Por error lo pone en marcha y en la confusión presiona el acelerador en vez del freno y cuando se da cuenta, ya es muy tarde.

Esto me lleva a pensar que el Sandero en cuestión era automático. ¿Por qué? Bueno, un auto automático es más fácil de poner en marcha. Uno manual requiere del embrague para empezar a rodar, o estar en una pendiente sin el freno de mano. Y sospecho que el auto involucrado no tenía activado este. Ahora, aquel detalle final pudo ser error del concesionario y si lo piensa todo bien, toda esta cadena de coincidencias puede pasar, aquí está la prueba.

Tal escena está para pintura del siglo XIX.

Al menos las risas no faltaron

Al final del día no hubo heridos, a menos que considere aquel Jeep Renegade como un inocente, en cuyo caso F en el chat. Al final fue más el ruido de la ventana rota y los curiosos lo que atrajo este accidente en un concesionario de Bogotá. Y para los involucrados, en momentos así solo queda reír.

Si usted está aprendiendo a conducir y quiere comprar su propia “navecita”, siempre coloque el freno de mano, en especial si no está seguro de si el auto sigue engranado. Tampoco se confíe solo de la posición Park en un automático. Sobra decirlo, pensarán algunos, pero por algo pasan cosas como esta. Además, como dicen en los talleres del Siete de Agosto: “eso tiene arreglo fácil.”

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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