¿Cómo despedirse por lo alto? Muy pocos héroes o villanos logran irse en sus términos y con una explosión de emoción, poder o locura. La forma apropiada no es presentar adelantos crípticos con diseños rechazados para la franquicia Leprechaun, aunque Dodge lo intentó por alguna razón. La marca americana sabe que sus fanáticos imploran por más poder y tenían que complacerlos con un postre especial. Un adiós con sabor a etanol, caucho quemado y más de mil equinos, eso es el Dodge Challenger SRT Demon 170.
Para ser una edición final no posee un nombre tan espectacular como las credenciales que posee. Pensamos que tendría algún denominador estrambótico pero hasta en su diseño se refleja una imagen templada. Dodge prefiere que el absurdo sobrealimentador hable por sí solo, que la línea de humo que dejan sus llantas traseras celebren la época original del Challenger y los 15 años de la interpretación moderna, que sin doblegarse ante nadie se ha escudado de los críticos haciendo ruido y quemando llanta sin cesar. Dodge no tiene por qué disculparse y si por ellos fuera, seguirían produciendo el Challenger tal y como está.
¿Oye eso? Es el sonido del Hemi subiendo al Valhalla
No obstante, la presión de las emisiones y todas esas cosas truncaron los planes de los entusiastas. Así que Dodge no tiene de otra más que lanzar edición especial tras edición especial, culminando con el Challenger SRT Demon 170. Siguiendo el rastro del Hellcat, Demon, Redeye y Super Stock, el Demon 170 demanda etanol E85 para desbloquear todo su potencial.
No es que no pueda utilizar gasolina regular de 91 octanos, pero sin E85 el V8 Hemi de 6.2 litros no puede arañar esa mágica cifra de 1025 caballos de potencia. El par motor no se queda atrás, con 1281 Nm rugiendo a las 4.200 RPM y certificando que este ridículo muscle car completa el 0-100 km/h en 1.7 segundos y el ¼ de milla en 8.9 segundos a 251 km/h. ¿Tesla sigue ganándole? Sí, pero a los fanáticos de la gasolina eso no les importa.
Con gasolina “regular” el V8 y su sobrealimentador de 3 litros llegan a los 900 caballos, que sigue siendo considerable. Todo el bloque y componentes del motor fueron reforzados para manejar la potencia (bielas, cigüeñal, etc), con inyectores de más flujo y un cuerpo de aceleración más grande para manejar los 21 psi de presión que genera el sobrealimentador. Hasta la transmisión y diferencial son más robustos para asegurar la supervivencia del Challenger. Una nota aclaratoria: el Demon 170 recibe su nombre por la mezcla de etanol en sus venas (170) y logrará esos números en el ¼ de milla siempre y cuando la pista esté en las condiciones perfectas.
Descarado y ruidoso… tal y como lo merece un V8
En esencia este es un Challenger Super Stock glorificado, con la misma transmisión automática de 8 marchas pero reglajes reforzados para “los arrancones”. Y sí, también puede levantarse en dos ruedas para el delirio del público. Cauchos Mickey Thompson asisten en la tarea y son lo suficiente legales para rodar en tráfico citadino. Dodge nos dice que es 71 kg más liviano que el Hellcat Redeye, aunque la forma más rápida de bajar el peso es no llevar pasajeros.
La pantalla le permite controlar hasta el lanzamiento del Demon en una pista o hacer donas si eso es lo que quiere. Hay lindos gráficos para reflejar su aceleración, aceleración óptima y asistentes como un refrigerante para el motor o el freno de la transmisión; este último diseñado para lanzar como alma que lleva el diablo al Demon.
Direct Connection (Mopar con otro nombre) tiene todo tipo de partes para el Dodge Challenger Demon 170. Como rines más ligeros, llantas de calle y un paracaídas para la parte trasera. La silla del pasajero es opcional y Dodge encima una caja especial con un decantador de licores, placas conmemorativas y 14 colores a elegir. Pero ellos saben que lo que importa está bajo el capó.
Esta despedida de 3.300 unidades, todas a ser fabricadas a lo largo de 2023, tendrán un costo de 100.000 dólares. Eso es sin opciones o extras de Direct Connection, y apuesto a que muchos ya corren con sus bocas llenas de saliva para que su nombre esté en la lista. Sin más que agregar, adiós y buen viaje Challenger, ese V8 no podía irse sin un adiós memorable y eso fue lo que obtuvimos. Hasta la próxima, cuando el combustible sintético traiga un renacimiento de los V8.