Para muchos esta combinación es un sacrilegio completo. ¿Cómo manchar la reputación de uno de los últimos Porsche refrigerados por aire? Lo bello de la pasión automotriz es que abre la puerta a todo tipo de proyectos creativos e ideas que nadie nunca pensó; en especial con la Caja de Pandora que representa la electricidad y todas las posibilidades que abre. En ese sentido, tomar el corazón de un Tesla e implantarlo en un Porsche 911 964 es afín a eliminar su motor bóxer e instalar un V8 americano, como el legendario LS de Chevrolet.
De forma casi que poética los responsables de esta conversión se llaman Sacrilege Motors. Su fundador sabía en qué problema se metía a la hora de fundar una compañía como esta. En esta época la alternativa de preservar modelos clásicos con propulsión eléctrica suena como una solución a la eventual desaparición de los combustibles fósiles. En el creciente mercado de conversiones a Porsche 911 clásicos y ante la negativa de Porsche ante un modelo como tal, Sacrilege Motors simplemente nos dio otra opción más uniendo al 964 con los motores de un Tesla.
Ave siniestra y controversial
¿Es correcto hacer esta conversión con un clásico? Para algunos sí, y los motores de Tesla son particularmente populares en proyectos similares. Luego tiene el lado opuesto, de personas que eliminan las baterías y bobinas para meter un V8 americano en el frente de un Model S. Para no generar discordia, reinterpretar al Porsche 911 964 con poder eléctrico de Tesla es una buena idea que no es para todo el mundo.
Sacrilege Motors llama a esta conversión “Blackbird”, en parte por el siniestro velo que envuelve a este Porsche. También es una referencia al legendario RUF CTR Yellowbird, quizá el 911 964 más brutal del planeta. El modelo elegido para esta cirugía a “voltio abierto” es el 911 América Roadster, una serie limitada del 964 convertible que lucía el aspecto widebody de un 911 Turbo. En contraste el motor era el 3.6 del Carrera 2 base, con 247 hp. Solo 250 unidades se produjeron, haciendo de este 911 en particular un auto coleccionable.
Desempeño a la par de un 964 Turbo
La gente de Sacrilege no tiene reparos en convertir al América Roadster en un deportivo eléctrico. Partiendo del motor de un Tesla Model S y un juego de baterías de 62 kWh, este Porsche 911 964 duplica su poder a 500 caballos de potencia, con un torque inmediato también de 500 Nm. Considerando el peso del 911 con todo y baterías debe ser un auto bastante veloz.
Sacrilege considera que su 0 a 100 km/h está alrededor de los 4 segundos, segundo y medio más rápido que el 964 Carrera estándar. Mejoras adicionales incluyen una suspensión revisada con amortiguadores Penske ajustables, frenos de disco Brembo enormes (por aquello del frenado regenerativo) y un diferencial de deslizamiento limitado (LSD). La compañía calcula que su rango está alrededor de los 320 km, y su puerto de carga de Tesla le permite acceder a carga más rápida.
En el interior es en esencia un restomod, con el espíritu original del 911 y algunos toques contemporáneos, tales como el radio (con conectividad moderna) e indicadores digitales en el clúster. Es una idea interesante que desfilará en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, y ciertamente atraerá miradas sea para calificarlo como una herejía o para aplaudir la idea.