¿Sabe qué hora es? Tiempo de contemplar un vehículo controversial por donde se le mire. He aquí una conversión eléctrica del Ford Mustang original, concebida por los británicos de Alan Mann Racing. Vehículo que cumple la difícil tarea de mostrar un bello Mustang original por fuera, para enmascarar la verdad que vive bajo sus entrañas y que hará gritar a todos los fanáticos de un V8.
Es más, cualquier fanático del mundo motor se sentiría ofendido al ver cómo alteraron la pureza de este potro original. Es cierto que no es la primera conversión de su tipo, con Charge Cars creando un Ford Mustang con potencia eléctrica similar. La diferencia es que aquel es una réplica hecha para lucir como un Mustang fastback de 1967, mientras este ejemplar hardtop es una conversión que usa un Mustang original para aplicar el poder de Nikola Tesla bajo sus ruedas.
Simbolismos tras el nombre
El Ford Mustang es un auto que simboliza mil cosas que van más allá de su simple relevancia automotriz. Son motores V8, imágenes de Carroll Shelby, aviones de la Segunda Guerra Mundial, banderas de Estados Unidos, libertad, poder, en fin. El punto aquí es que el Mustang es una institución llena de ideales colectivos que muchos respetan, lo que convierte a esta conversión en toda la antítesis que esos “valores” representan.
No queremos decir que es un mal proyecto. Alan Mann Racing tiene bastante experiencia con el Mustang, ganando carreras desde los años sesenta con él. Por fuera este Mustang rojo y dorado fue exquisitamente restaurado y luce tan fabuloso como el día que dejó la fábrica. Tiene hasta rines de American Racing, típicos de un muscle car restaurado en estos tiempos.
El caballo diferente del establo
La conversión cambia el V8 de 289 centímetros cúbicos en favor de un motor eléctrico conectado a las ruedas traseras y que produce unos 300 caballos de potencia. Números mayores que el Mustang original, pero sin el inconfundible rugido de un V8 de su lado.
Alan Mann Racing asegura que la combinación ofrece unos 350 km de autonomía, una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.5 segundos y una velocidad limitada a 156 km/h. Figuras algo bajas pero más que suficientes si solo se desea rodar por la ciudad o algo por el estilo. También es compatible con carga rápida (DC), repostando su batería en una hora.
El modelo, denominado ePower Mustang, luce frenos modernos Wilwood con regeneración y suspensión independiente que reemplaza los ejes sólidos y ballestas del original. Su interior clasifica como un “restomod”, preservando los detalles originales del Mustang salvo su radio, que es de pantalla y tiene conectividad a celulares moderna.
La conversión puede hacerse con cualquier Mustang de los años sesenta y tiene un astronómico valor que supera los 240.000 dólares. Es cierto que una conversión eléctrica es una de las mejores formas de mantener vivo a un clásico como el Ford Mustang. Pero tiene tanta historia, significantes y fanáticos detrás que cambiar su V8 por el silencio de un motor eléctrico no encaja.
Solo mire a Ford, transformaron al Mustang en un crossover eléctrico de amores y odios. Eventualmente el Mustang moderno será 100% eléctrico, pero hasta entonces sus variantes clásicas existen para recordarnos los viejos tiempos. Razón por la cual esta conversión que aquí ve resulta tan controversial, porque tomó uno de esos clásicos originales y cambió lo más importante (V8) en favor de la modernidad.