Y en su tercer intento, Audi logró cumplir su ambición de coronar el Dakar por primera vez. Sueño que cumplieron gracias a una idea bizarra de propulsión, algo ya muy característico de Audi en el mundo de la resistencia (Le Mans) pero que quisieron aplicar en otro tipo de resistencia. Francamente no pudieron hacerlo sin su equipo de pilotos, liderados por el eterno Carlos Sainz que dirigió la nave de Audi hacia la gloria del Dakar, pero la máquina también merece una mención especial: este es el RS Q e-tron, nuevo rey del Dakar.
Cuatro aros de locura e innovación
Los orígenes de esta idea se remontan a 2020, cuando la pandemia nos dejó con bastante tiempo libre para pensar en ideas locas. Los ingenieros de Audi no fueron la excepción, tomando la decisión de combinar un buggy off-road eléctrico apoyado por un motor de DTM que funcionara como generador de energía para cargar las baterías. Así, innecesariamente complicado como les encanta a los alemanes.
Cuando el mundo salió de la pandemia Audi se puso manos a la obra para darle forma al RS Q e-tron, nombre de su retador con la misión de ganar el Rally Dakar a como dé lugar. Mientras construían la máquina, reclutaron a “Mister Dakar” Stéphane Peterhansel, leyenda del DTM Mattias Ekström y por supuesto al Matador, Carlos Sainz Sr. Aquí prevaleció la experiencia y el talento comprobado por encima de todo.
Acto seguido, Audi Sport forjó una alianza con Q Motorsport. Escuadra liderada por Sven, Tobias y Thomas Quandt, tres alemanes cuya experiencia incluye la dirección del equipo Mitsubishi y luego Mini en el Dakar; con Sven pilotando un par de ocasiones. Ah, y la familia Quandt casualmente es dueña de la mitad de BMW, rescatando a la casa bávara en los años sesenta y forjando lo que hoy en día son. Dicho de otra forma, de manera indirecta BMW contribuyó a la victoria de Audi.
Poder eléctrico… con ayuda de la gasolina
Con los pilotos encargados del desarrollo listos, seguía el vehículo. El Audi RS Q e-tron es un prototipo Ultimate eléctrico de rango extendido, solución necesaria dada la ausencia de estaciones de carga en las etapas del Dakar. En otras palabras, Audi demostró al mundo que la electricidad aún va de la mano con el motor a combustión; en especial si se utiliza gasolina sintética.
Audi tomó dos motores de sus monoplazas de Fórmula E, ubicando cada uno sobre el eje. Una transmisión doble directa lleva 383 caballos de potencia a las cuatro ruedas, figura limitada por regulaciones del Dakar ya que el RS Q e-tron es capaz de generar 670 hp. Un diferencial de deslizamiento limitado electrónico cumplió el rol de balancear de forma delicada la potencia que recibe cada rueda, con precisión suiza a la hora de afrontar terrenos complicados y diferentes niveles de tracción.
Atrás está lo que alimenta las baterías de 52 kWh, 2 kWh más que las encarnaciones anteriores del prototipo. Es un motor de cuatro cilindros turbo TFSI tomado del DTM, que dobla como generador de energía y mantiene en el camino al RS Q e-tron, utilizando combustible sintético para ser lo más ecológico posible.
Alrededor de esto Audi construyó el buggy, con un aspecto serio y futurista, suspensión independiente en ambos ejes, llantas BF Goodrich todoterreno y un peso de 2.1 toneladas. Suena como el vehículo perfecto, ¿verdad?
Las carreras no se ganan a la primera
La dosis de realidad que recibió Audi en su primer intento del Dakar con el RS Q e-tron fue brutal. Hablo de Audi, marca que en su segundo intento oficial ganaron las 24 Horas de Le Mans y desde allí fueron la escuadra a vencer. Tanto así, que los Cuatro Aros se daban el lujo de experimentar, primero con poder diésel y luego con la hibridación; en ambas ocasiones dominando Le Mans. Esa mentalidad la quiso llevar Audi al Dakar, creyendo que era una competencia de resistencia semejante.
2022 inició de forma prometedora, con un par de victorias en etapas a cargo de Sainz y Ekström; pero el Audi no era lo suficientemente rápido. Nada bastó para destronar a Nasser Al-Attiyah y su Toyota, quien repitió el siguiente año. 2023 fue aún peor para Audi, con dos de sus pilotos retirándose y Ekström rescatando un distante puesto 14.
Victoria en equipo
Audi decidió afrontar la edición 2024 del Dakar con la versión definitiva del RS Q e-tron. Baterías más ligeras, un sistema de recuperación de energía más eficiente, dos transmisiones por eje más robustas, un paquete aerodinámico optimizado y una suspensión más resistente. La fiabilidad era un objetivo clave para Audi este año y pagó dividendos.
Las fallas y adversidad no faltaron, incluso con el manejo metódico de Carlos Sainz quien prefirió la constancia sobre la velocidad. Pero el RS Q e-tron funcionó como debía y solo tuvo las fallas comunes que el Dakar tiene por ofrecer. Varias pinchaduras y problemas se le cruzaron al español, llamada que respondieron sus compañeros Ekström y Peterhansel. Al grado tal que Ekström cedió sus llantas de repuesto a Sainz en una de las etapas.
Sí, la electricidad ganó en el Dakar por primera vez. Pero quedó claro que el motor a combustión es la piedra angular de la movilidad y seguirá siéndolo por mucho tiempo. Es más, los combustibles sintéticos son el futuro del automovilismo y en el Dakar quedó más que demostrado, sea como método de propulsión o generador de energía.
