Microlino-lite-eléctrico
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Tal parece que todo en Ginebra vino en empaque pequeño y no está para nada mal. Si no conoce a Microlino, es un vehículo eléctrico producido en Europa con un diseño retro-moderno. Y, en esta edición del Salón de Ginebra, el Microlino no quiso ser menos que el Renault 5, apareciendo con novedades en su tren motor para generar envidia al Twizy y Citroën Ami.

Si la forma le suena de algún lado, Micro Mobility concibió al Microlino como una carta de amor a los “autos burbuja” de los cincuenta y sesenta, pero con motor eléctrico. En concreto, el Microlino rinde tributo al BMW/ISO Isetta, ese curioso auto con una puerta al frente que muchos usan en Forza Horizon para concebir creaciones automotrices demenciales.

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Microlino respeta la puerta original del Isetta, pero con un toque moderno.

¿Todo lo bueno viene en empaque pequeño?

Casi una década después de su debut en el Salón de Ginebra (2016), el Microlino eléctrico regresa con una versión light. Una que cae en las normativas europeas L6e que permiten a personas sin una licencia de conducción o adolescentes de 14 a 16 años conducir legalmente. Y sí, necesitan un permiso especial para motos que, a final de cuentas, es más sencillo de adquirir.

Microlino se esforzó para adaptar su pequeño auto eléctrico a esas normativas, que exigen un par de cosas. Una es una velocidad limitada a 40-45 km/h, en contraste a los “demoníacos” 90 km/h que puede hacer el Microlino normal. Si, quizá suena inseguro pero dadas las prestaciones de esta burbuja con ruedas, la idea es conducirlo a bajas velocidades en la ciudad. Con suerte rozará los 30 km/h en tráfico normal.

No que eso detenga a un adolescente de ser temerario, pero para eso es el limitador.

Encantadoramente retro

El Microlino Lite (así se llama) usa el motor eléctrico del modelo estándar pero “descafeinado” de 17 a 12 hp. Una batería de 5,5 kWh le da poder para recorrer hasta 100 km en una carga. Si eso no basta, el Microlino Lite ofrece una batería el doble de grande (11 kWh) para recorrer hasta 180 km en una carga. Dos a cuatro horas son necesarias para repostar las celdas de energía con corriente alterna, por cierto.

En su cabina reina el minimalismo, pero sin los extremos del Citroën Ami, Opel Rocks y Fiat Topolino. La puerta frontal (como el Isetta) revela una butaca para dos personas, un dial rotativo para seleccionar la marcha, puertos USB, controles básicos y dos puertos USB. Eso es todo lo que necesita un cuadriciclo de su clase. 

Detalles encantadores incluyen un techo panorámico, un baúl de 230 litros (ideal para hacer entregas en la ciudad) y su forma de burbuja retroComprar uno requiere tener unos 16 a 18.000 euros, aunque Microlino ofrece un servicio de leasing, dejando esta furia retro para adolescentes por pagos de 151 euros al mes. 

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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