Cada vez que una marca presenta un auto de lujo, tratan de redefinirlo. Que la simplicidad, los materiales, la tecnología, la suavidad, en fin, cada uno tiene su foco. Para Lincoln, el lujo es la espectacularidad, o al menos eso nos hace pensar con el L100 Concept. La división de lujo de Ford presentó este modelo en el Concours d’Elegance de Pebble Beach, demostrando así que la marca sigue viva, pero no va por buen camino.
El Lincoln L100 Concept celebra al Modelo L, que se fabricó entre 1920 y 1930. La razón de ello es una celebración por los 100 años de la marca, además de marcar un nuevo horizonte en cuanto a su diseño se refiere. Como todo concepto, muchas de estas ideas son fantasiosas y seguramente no llegarán a la realidad.
Llamando la atención con su sola existencia
Sobra decir que el Lincoln L100 Concept es un vehículo eléctrico, pero vale la pena aclarar que no hay datos sobre este concepto. La marca solo aseguró que tendrá celdas de energía de siguiente generación, lo que sea que eso signifique. Si bien quiere competir directamente con el Cadillac Celestiq, el L100 no está pensado para llevarse a producción. Gracias a eso, puede imaginar ciertas ideas locas que ya habíamos visto antes.
Lo que más llama la atención es la forma de entrar en él, ya que no tiene puertas normales. En su lugar, toda la cúpula superior de cristal se levanta y las 2 puertas de gran tamaño se despliegan con bisagras invertidas, cual “puertas suicidas”. Esto deja solo el piso como parte de la estructura que mantiene todo junto. Esto estaría bien, si el piso no fuera una enorme pantalla, como un televisor que proyecta imágenes de la playa o la arena. Algo que sin duda no será nada molesto de noche.
Propuestas no muy propositivas
El Lincoln L100 Concept busca que la experiencia a bordo sea más intuitiva, aunque no se especifica cómo exactamente. Lincoln propone que cuando el conductor se acerque al vehículo, una sinfonía de luces le dé la bienvenida. Lo que nosotros ya conocemos como luces de bienvenida. También proponen detalles como manejo autónomo sin volante, sillas que se dan la vuelta para hacer una sala de estar y materiales libres de animales.
A decir verdad, el diseño del Lincoln L100 Concept tampoco es que sea muy inspirador. Parece un yate de lujo, con ruedas carenadas y una luz que bordea todo el capó. Se supone que la cola con forma de K (o Kammback) ayuda a que el auto no sufra ninguna turbulencia, logrando algo semejante al McLaren Speedtail.
El problema es que este concept car no propone nada en realidad. Audi se propuso renovar la movilidad con su proyecto Artemis, que dio a luz al Urbansphere, al Skysphere y el Grandsphere. Sin embargo, Lincoln ni siquiera propone números estratosféricos o tecnología nueva, solo otro gran sedán que llega cuando ya no están de moda. No es la forma que imaginamos para celebrar el centenario de una marca tan prestigiosa.