Cuando le digan que BMW perdió el norte y no sabe diseñar autos modernos, acuérdese del Z4. Ese roadster sigue siendo tan atractivo y bien logrado como lo fue su primera y segunda generación, pero hay algo que está ausente en su más reciente encarnación: un cupé. BMW lo sabe, y con el Concept Touring Coupé nos da una muestra de cómo luciría ese Z4 de techo cerrado. Eso sí, con algo de inspiración en el pasado y un innegable aire a shooting brake.
Verá, a veces los diseños exagerados funcionan, como fue el caso del BMW Z3 M Coupé, también llamado Clown Shoe o zapato de payaso por su forma. Es extraño, pero su diseño tiene algo cautivante que tres décadas después sigue llamando la atención. BMW decidió replicar esa idea en el Z4 moderno, creando al Concept Touring Coupé como una reencarnación del Z3 M Clown Shoe. Tenemos que decir que ese techo estirado se adapta mejor al Z4 moderno, aunque no le gana en belleza al Z4 Coupé original, pero eso es subjetivo.
Distinción bávara a flor de piel
Este ejercicio en diseño fue concebido para asistir al Concurso de Elegancia de Villa d’Este, celebrado en Italia. Para ser un concepto de una sola vez, su acabado es impecable, como si estuviera listo para producción al menos en números limitados. Iniciando su vida como un Z4 convertible, BMW puso a sus diseñadores a crear una silueta estilo kammback para concebir al Concept Touring Coupé. Ese era apenas el inicio.
El techo luce una silueta recta con una sutil caída, que termina en un spoiler que da paso a la compuerta trasera, donde la línea del techo y las puertas se une para formar un sutil labio. Visto desde arriba luce como una gota de agua, haciendo que el Z4 sea más un shooting brake que un cupé convencional. Todo fue hecho a mano, rematado con una llamativa pintura gris denominada sparkling lario. Esta posee fragmentos de tonos azules y cafés para darle un efecto brillante tornasol ante la luz. Rines de 20” adelante y 21” color bronce resaltan ese aspecto.
Luego está el interior, particularmente la parte trasera. Forrada de pies a cabeza en cuero de dos tonos, incluye tres carteras diseñadas por la casa italiana Schedoni, quienes fabrican accesorios para Ferrari. Es un Z4 como ningún otro por el nivel de lujo y comodidad que exhibe, en contraste al convertible que junto a esta creación se siente mundano y hasta claustrofóbico. El toque final es su nombre, que viene del BMW 328 Touring Coupé que ganó la Mille Miglia en 1940. Desde entonces el apellido Touring acompaña a los Bimmers con un corte station wagon, como es el caso del auto que aquí ve.
¿BMW lo producirá?
Ante semejante ejercicio, la pregunta es si BMW se animará a llevar este concepto a producción. BMW nos dice que va a estudiar esa posibilidad en los próximos meses y confirmará sus planes en otra fecha. Es cuestión de ver si BMW desea fabricarlo en masa, o lanzar una serie limitada con un precio exorbitante para mantener la exclusividad de su fina creación.
Quizá un par de cambios mecánicos están a la orden. No queremos decir que el motor seis en línea twin turbo del Z4 con sus 340 hp sea inadecuado. O que su suspensión activa tampoco se ajuste a un grand tourer como este. Pero algo más de poder y suavidad sumarían muy bien con toda la opulencia que brota por los poros de este Z4. Hora de buscar Z3 M usados porque no hay manera que alguna vez tengamos un Z4 Concept Touring Coupé, a menos que BMW nos regale uno. O mejor: ver si Toyota se anima a crear un Supra shooting brake similar.
