Si tuviera una moneda por cada vez que una marca bajo la sombrilla de Stellantis con gran historia tuviera que reinventarse, tendría dos monedas. No es mucho, pero que extraño que haya ocurrido dos veces. Esa es la situación hoy en día de Chrysler, marca que solo tiene una minivan anticuada en su portafolio y que pide a gritos una bocanada de aire fresco. El Chrysler Halycon concept aparenta ser esa nueva perspectiva que la marca busca.
Tras su apariencia futurista hay dos detalles clave. La primera es que el Halycon concept es un “sucesor espiritual” del Chrysler Airflow que, se supondría, marcaría un nuevo comienzo para la marca. Dos, que tras su apariencia futurista se esconden las entrañas del muscle car del futuro, porque el Halycon comparte plataforma con el nuevo Dodge Charger SRT.
Manifiesto para revivir a Chrysler
A simple vista, el Chrysler Halycon parece un concepto más. Una idea sobre la cual la marca escriba el tan necesario futuro en este momento de incertidumbre. Suena imposible que Stellantis deje morir el nombre Chrysler que alguna vez era sinónimo de progreso, pero una mirada al pasado revela los tristes finales que tuvieron AMC y Plymouth.
Aun así, el Halycon y su futurismo podrían llegar a producción. Poco probable pero la línea entre la ciencia ficción y la realidad cada vez es más pequeña. Un auto así ya no está a 20 o 30 años de distancia, sino a dos o tres.
El primer detalle del Halycon es el logo reestilizado de la marca. Uno minimalista y digno de la era digital, con la silueta alada clásica presente. La silueta del Halycon es una mirada al pasado y al futuro, evocando al Chrysler Airflow original y los sobrios sedanes cab-forward de Chrysler en los años noventa, como el 300M, New Yorker y Concorde.
Ideas para la cabina del futuro
El Halycon estrena la nueva plataforma STLA Large de Stellantis, completa con arquitectura de 800 voltios y una estructura similar al Charger que debuta en unas semanas. Sobre ello los diseñadores de la marca colocan un sedán cuyo estilo es minimalista, aerodinámico y contemporáneo, acentuado por pasos de rueda curvilíneos y un techo de cristal.
Sus puertas traseras abren estilo suicida, con compuertas adicionales en el techo para ofrecer una amplia mirada a su cabina. Cuatro asientos modulares revelan gavetas de carga adicionales, evocando a la minivan Dodge original. Un cristal dobla como interfaz frente al conductor y el volante ovalado, con el típico modo autónomo y proyecciones de realidad virtual. Y por supuesto que tiene un asistente virtual con inteligencia artificial.
Una pantalla de 15.6” se despliega desde la consola central, allí reside el entretenimiento, procesador y memoria del vehículo. En aras de la sostenibilidad, el Halycon usa en su interior plásticos reciclados de botellas e incluso CDs, estos últimos componiendo el acabado brillante en las puertas y estribos.
Es una cabina futurista, que de cualquier forma establece una plantilla a seguir para los modelos de Chrysler.
Desempeño y futuro eléctricos
Según la marca, en 2025 lanzarán su primer modelo eléctrico, parte de un portafolio 100% cero emisiones para 2028. No nos revelaron si el Halycon hará parte de esa familia, pero no se extrañe si esta es la base para un rival del Tesla Model S y Lucid Air.
Elementos avanzados en su exterior incluyen espejos retrovisores compuestos de cámaras, un alerón trasero desplegable, rines aerodinámicos de 22” y ese techo de cristal que, Chrysler asegura, ofrece un 45% más de visibilidad.
La cantidad de motores y tamaño de la batería son detalles que Chrysler no reveló. No obstante, la marca promete que el Halycon tendrá la capacidad de usar carga inductiva para recargar sus baterías en vías con este tipo de carga. En teoría, 320 km de autonomía pueden recuperarse en 5 minutos, siempre y cuando tenga carga rápida.
Con todo esto, el próximo modelo de Chrysler no será un sedán, sino un crossover. Uno seguramente similar al Jeep Wagoneer S que debuta este año, seguida de una minivan Pacifica reinventada bajo la electricidad. Así pues, el Halycon es solo la primer pincelada para ese lienzo que preserve la relevancia histórica de Chrysler por muchos años más, incluso si nunca se materializa como auto de producción.