Jaguar-C-X75-restaurado
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Imagine tener tanto, pero tantísimo dinero y poder adquisitivo, que es capaz de convencer a un diseñador automotriz de transformar un concepto usado en una película para su uso legal en la calle. Esa es la decisión de algún magnate que financió el renacer de uno de los Jaguar C-X75, que no solo fue restaurado, también fue modificado para su uso casual en vías cotidianas. 

Alguien realmente quería pretender que era Mister Hinx persiguiendo a James Bond por las calles de Roma. No lo culpo, el C-X75 es una obra de arte moderna, el Jaguar que siempre debió ser pero que se quedó sin vapor para atravesar la fase de producción. En parte porque su ambición era demasiada en comparación a la tecnología disponible para hacerlo realidad.

Sueño felino

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Como el XJR-15, el potencial del C-X75 era altísimo, pero Jaguar sólo logró terminar algunos ejemplares.

El precioso C-X75 fue concebido por Ian Callum, legendario diseñador británico que trabajó con TWR, Ford, Aston Martin y luego Jaguar. Bajo su pluma nacieron modelos legendarios como el Ford Escort Cosworth, el Aston Martin DB7 y DB9, el Jaguar XK y el Nissan R390. 

Jaguar quería un exótico deportivo sin precedentes, un halo car que reviviese el estatus de la marca definitivamente, solicitando que Callum diseñara este modelo. Sucesor del XJR-15 y XJ220, el C-X75 era un deportivo como ningún otro. Tendría cuatro motores eléctricos, uno por rueda, con dos turbinas de gas como generadores de electricidad; detalle que luego fue suavizado a un motor a combustión convencional.

La ambición fue demasiada y aunque Jaguar hizo lo posible por traer al C-X75 a producción, el proyecto se desvaneció en 2015. Solo siete prototipos sobrevivieron, que luego Jaguar prestó a la película Spectre de James Bond.

Inmortalizado en celuloide

Uno de esos prototipos en cuestión es el protagonista del día de hoy. Ejemplar que, para su uso en la película, difiere bastante de la idea original. El tren motor eléctrico da paso al V8 de 5 litros sobrealimentado de un Jaguar F-Type, un chasis tubular y carrocería con detalles plásticos para su uso en escenas de riesgo y persecución. 

El millonario protagonista de esta historia adquirió uno de esos C-X75 utilizados en la película y contactó a la firma de diseño de Ian Callum para transformar al Jaguar en un modelo funcional y legal.

Gatito domesticado para uso cotidiano

Aquí está el resultado, en el flamante color naranja que apareció en la película. Modificaciones incluyen espejos funcionales ya que los originales eran de espuma, vidrios de seguridad en vez de plexiglas, convertidor catalítico para el escape, suspensión recalibrada para uso en vías públicas y una capa protectora a la pintura.

Incluso las imperfecciones de fábrica, por aquello de ser un prototipo y de usarse en una película, fueron corregidas. El V8 sobrealimentado simplemente recibió los mantenimientos preventivos normales de un motor para mantenerlo saludable y listo para perseguir a Mr. Bond. Las figuras exactas de potencia no fueron reveladas, aunque al ser el V8 usado en el XK y F-Type, su potencia debe rondar los 500 caballos.

Esta verdadera pieza de colección, simplemente porque nadie más tiene un Jaguar C-X75 que pueda usarse legalmente, debutará en un evento especial de vehículos clásicos en abril. Lo único incierto es si Ian Callum prestará sus servicios para convertir otros C-X75 en piezas funcionales, o si este proyecto será único e irrepetible.

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Se cree que solo cuatro o cinco C-X75 sobreviven, con el ejemplar de hoy el único registrado para uso público.
Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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