Tal vez parece tan lógico como el hecho que el agua moja, pero eso no detiene a la industria a la hora de inflar las pantallas. Alfa Romeo es una marca que lleva rato en un proceso de reconstrucción y reafirmación de su legado, luego de décadas con una identidad algo ambigua. De cara a la transición eléctrica que pasará en los siguientes años, la casa italiana no quiere seguirle los pasos a los alemanes y otras marcas. En pocas palabras, Alfa Romeo no quiere reventar sus autos con demasiada tecnología, y eso incluye el tamaño de las pantallas en el interior.
En una conversación con el medio británico Autocar, Jean Philipe-Imparato (director ejecutivo de Alfa Romeo) reveló los resultados de un estudio que la marca hizo entre sus clientes y potenciales compradores. Estos apuntan a una preferencia de los consumidores opuesta a lo que muchas marcas están haciendo, y quizá como ocurre con el tamaño de los celulares, hemos llegado al límite sensato que requiere una interfaz digital dentro de un vehículo.
Tamaño y tecnología fuera de control
El mayor descubrimiento de este estudio, señala Imparato, es el hecho que los clientes de Alfa Romeo no quieren pantallas gigantes ni que los bombardeen con información innecesaria. Mire por ejemplo la interfaz que introdujo Tesla, quien es el gran motivador tras las “enormes pantallas” en medio del tablero, o la hyperscreen que Mercedes-Benz usa en algunos de sus modelos y que excede las 50 pulgadas en tamaño.
El problema no es necesariamente que hayan o no pantallas, sino que por su tamaño y volúmenes de información resultan intrusivas para muchos consumidores. Ese asalto a los sentidos que representan algunas interfaces no es del agrado para todos, y si bien se aprecia los niveles de tecnología que poseen, a veces es innecesario. Tener una cámara de selfies, una inteligencia artificial que haga sugerencias o alertas para cada minucia que pueda tener el vehículo se agradece, pero no es para todos.
Enfocándose en la conducción
Ante ello, Imparato dice que “respeta lo que está haciendo Mercedes (con sus pantallas), pero los clientes de Alfa Romeo no están buscando interfaces que midan un metro de ancho o 200 asistentes digitales que tengan que apagar”. Y seamos sinceros, muchos de esos sistemas resultan tan molestos que la gente busca la forma de desconectarlos, en eso hay que darle la razón al “mandamás” de Alfa Romeo.
La conclusión es que los clientes actuales o potenciales de Alfa Romeo quieren un vehículo que los envuelva en la experiencia de manejar. Aston Martin tiene la idea correcta con el DB12, deportivo cuya cabina está enfocada al conductor y tiene una pantalla de apenas 10.25” que ni siquiera bloquea la visión. Sistemas eléctricos no faltarán, como un head-up display que proyecte elementos en realidad virtual, o como los califica Imparato “sistemas que te ayudan a conducir y te mantienen involucrado en el proceso. No necesito saber cómo será el clima en 3 semanas, yo vine a conducir”.
El hombre también dice que preservará ese panel de instrumentos de doble burbuja tan característico de los Alfa Romeo. Pero tendrán especial cuidado para que muestre solo la información relevante y no ataque los ojos de los ocupantes con una sobrecarga de datos. Ojalá ello incluya botones físicos, un detalle que realmente ayuda a enfocarse en la conducción sin tener que desviar la mirada para buscar controles táctiles en una pantalla.