En Aston Martin el tren de los hypercars no se detiene. Días después de presentar el Valkyrie AMR Pro, además de demostrar el Valkyrie y su gloriosamente ruidoso motor en Goodwood, la marca presenta sin dudarlo el Aston Martin Valhalla. El hermano menor del Valkyrie, concebido en 2019, también será una realidad y tendrá toda la tradición de la marca británica en conjunto con un corazón alemán, cortesía de AMG.
Sin embargo, el viaje del Aston Martin Valhalla no ha sido sencillo. Anunciado en 2019, con el apoyo y diseño de Adrian Newey, tanto Aston Martin como el Valhalla sufrieron varios cambios desde entonces. Para empezar, Aston Martin dejó de ser aliado de Redbull F1, del cual Newey es parte. También la marca cambió de manos, siendo adquirida por Lawrence Stroll, dueño de Racing Point (o Force India) y que ahora es Aston Martin F1. Este cambio trajo, además de apoyo de Mercedes y AMG (quienes proveen los motores para la escudería británica) y la dirección de Tobias Moers, quien fuera el exdirector de AMG. En pocas palabras, el Valhalla es un Mercedes-AMG, sólo que con diseño y tradición británica.
Corazón germano, alma británica
Como ya mencionamos, el Valhalla posee un corazón alemán. El V8 de 4 litros twin turbo es el mismo que se encuentra bajo el capó del Mercedes-AMG GT, sólo que con el toque especial de Aston Martin. Es decir, con un mapeo y ECU especial, así como una caja de doble embrague de 8 cambios desarrollada por Graziano. En esta configuración, el V8 desarrolla 740 caballos de potencia. Gracias a la conexión con el equipo F1, el corazón del Valhalla es híbrido. Dos motores eléctricos de 150 kW, uno en cada eje, le entregan 200 caballos extra al Valhalla, elevando el poder a 937 equinos.
Con toda la furia de sus tres motores desatada, el Valhalla es capaz de llegar de 0 a 100 km/h en 2.5 segundos, y una velocidad máxima de 350 km/h, o eso es lo que dice Aston Martin. Como el Nürburgring es el perfecto escenario para que los fabricantes peleen entre ellos mismos para ver quién es mejor, Aston Martin espera lograr una vuelta de 6:30 en el infierno verde con el Valhalla. Esto destrozaría el actual récord establecido por un 911 GT2 RS preparado por Manthey que consiguió un registro de 6:43. Bien ambicioso el plan de Aston Martin y del señor Stroll, pero cuando se tiene dinero de sobra, ¿por qué no?
Otros detalles técnicos del Valhalla es su capacidad híbrida enchufable, y la posibilidad de funcionar sólo con los motores eléctricos. Esto le permitiría al Valhalla rodar por 15 km a una velocidad tope de 130 km/h. Aston Martin incluirá un diferencial electrónico, cambios en el volante y una reversa conectada sólo a los motores eléctricos, eliminando espacio en la transmisión de 8 marchas.
Un Valkyrie más “asequible”
El chasis del Aston Martin Valhalla estará construido en fibra de carbono, con una suspensión frontal pushrod y trasera multibrazo con amortiguadores adaptativos y diferentes modos dependiendo de las condiciones. No pueden faltar los frenos de cerámica y un diseño aerodinámico activo inspirado en Fórmula 1, con zonas por debajo del Valhalla que dirigen el aire hacia el alerón trasero y generan hasta 600 kg de carga aerodinámica. En total, el Valhalla pesará 1550 kg.
Otro cambio que recibió el Valhalla, además de desechar el V6 híbrido por un V8 híbrido de Mercedes, es su precio. Cuando fue anunciado, el Valhalla costaría aproximadamente 1.3 millones de dólares. Ahora Aston Martin ofrecerá su “baby Valkyrie” por sólo $800.000 dólares. Un gangazo si me lo preguntan… siempre y cuando le sobre esa cantidad en su cuenta bancaria.
Aston Martin no compartió fotos de la cabina, no obstante, sí confirmó que el Valhalla contará con lujos como control de crucero adaptable, dirección electroasistida, monitoreo de puntos ciegos por medio de sensores y cámaras, y puertas con ángulo diedral (como las del Koenigsegg Jesko o CCX). El Valhalla sería producido en mayores números que el limitado Valkyrie, y contaría con una nueva interfaz desarrollada por Aston Martin. Los primeros Valhalla serán entregados en 2023, como una “opción sensible” para quienes no alcancen a conseguir el Valkyrie. Lo cierto es que Aston Martin está botando la casa por la ventana, y quiere ir con toda en el mundo de los hypercars.