Salude al Daytona SP3, un retorno a la teatralidad y el dramatismo que tanto nos gusta de Ferrari. Esta es la versión final de aquel prototipo fuertemente camuflado que vimos hace unos meses y ya supimos por qué tanto escándalo. El nuevo integrante pertenece a la familia Icona, por lo que entra a acompañar a los Monza SP1 y SP2. Además, es un serio homenaje a su exitoso pasado en las carreras, cuando finalmente pudo volver a vencer a Ford.
Empecemos hablando de historia. El Ferrari Daytona SP3 es un directo homenaje al 330 P3 con el que Ferrari ganó las 24 Horas de Daytona en 1967. Realmente lo hizo con una variante ligeramente mejorada de este auto llamada P 3/4, pero la hazaña es la misma. En ese entonces, la pelea con Ford estaba al rojo vivo, ya que un año antes Ford había ganado esa carrera y hace poco se encargaron de recordarlo con una versión especial del GT. Sin embargo, hay que admitir que este homenaje está mejor logrado y que las rivalidades con Ford siguen vigentes aún en estos días.
Un V12 que se niega a morir
Ferrari se las ha arreglado para hacer del Daytona SP3 una obra de arte por dentro y por fuera. Solo hay que ver el motor para saberlo; un V12 de aspiración natural de 6,5 litros denominado F140HC. Nada de turbos o ayuda eléctrica. Este motor hecho a la antigua es una evolución de la mecánica que se usa en el 812 Competizione y eso significa más potencia. Esta potente obra de arte tiene diamante en forma de carbón o DLC, un recubrimiento que reduce la fricción en varias piezas vitales. Elementos como los pasadores del pistón, las levas y los empujadores. Para sintetizar, el Daytona SP3 tiene una potencia de 840 HP y un descomunal torque de 697 Nm. Toda esta fuerza va a las ruedas traseras a través de una transmisión de 7 marchas.
Al estar seriamente inspirado en un auto de carreras, el Ferrari Daytona SP3 tiene fuertes inclinaciones para la pista. Por eso, el chasis está construido con materiales compuestos y está diseñado para bajar el centro de gravedad lo más posible. La posición de manejo es tan baja, casi como la de un monoplaza. Gracias a esto pueden desarrollar su filosofía “ojos en la carretera, manos en el volante” al integrar los asientos a la estructura. Eso significa que los asientos no se pueden mover, pero sí se pueden ajustar los pedales y el volante. Ferrari afirma que es fácil encontrar la posición de manejo, pero hasta no probar, no saber.
Cuerpo de competidor puro
El homenaje del Ferrari Daytona SP3 a sus antecesores de carreras llega hasta la construcción detallada de una carrocería con forma de cuña. Aunque se trata de la última compilación de tecnología de Ferrari, no cuenta con aerodinámica activa de ninguna forma. Todos y cada uno de los detalles de su estructura están cuidados para maximizar la carga aerodinámica. Desde las lamas de la parrilla delantera hasta el discreto alerón de cola de pato son funcionales y su baja altura de 1,1 metros le da ese aspecto de auto de carreras de antaño.
Gracias a esto, podemos cerrar la nota con unos números muy jugosos. La velocidad máxima es de 340 km/h y alcanza los 100 km/h en solo 2,85 segundos. A pesar de ser un auto relativamente largo con más de 4,6 metros, apenas pesa 1485 kilos. Este bajo peso se logra gracias a su chasis de materiales compuestos y a la eliminación sistemática de piezas que no son necesarias. Si ya está alistando la chequera le tengo una mala noticia, todas las 599 unidades ya están vendidas y cada una costó más de 2 millones de euros. Al cabo que ni quería.