841,33 kilómetros por hora. Y ese fue solo el promedio de dos pasadas: en una ocasión alcanzó los 882,61 km/h. Tristemente, esos fueron los últimos instantes de la vida de Jessi Combs, pero fueron suficientes para inscribirla en la historia. Hoy los oficiales del libro Guinness de récords lo confirmaron: Jessi Combs tiene oficialmente el récord de ser la mujer más rápida a bordo de un vehículo terrestre. Esta noticia ratifica el estatus legendario de una mujer que hizo de todo: actriz, piloto de carreras, artesana e inspiración para hombres y mujeres por igual.
«La gente dice que estoy loca, yo les digo gracias»
Ya habíamos hablado sobre la trayectoria de Combs a manera de homenaje el día de su muerte. Sin embargo, su legado es tan importante, que vale la pena refrescar la memoria. Combs era mucho más que una cara bonita: lo suyo era construir carros y motos con sus propias manos para después disfrutarlos. Su pasión no era apariencia, hacía parte de su esencia. Esto, junto a su personalidad magnética, la llevaron a participar en populares programas de televisión como Overhaulin’, All Girls Garage y Mythbusters. Así que, si estaba pensando que la cara de Combs le parece familiar, ya sabe por qué.
Tres días antes de morir, Jesse Combs publicó la siguientes palabras en su cuenta de Instagram: “Parece una locura caminar directamente hacia la línea de fuego. Aquellos que están dispuestos [a hacerlo] son quienes logran grandes cosas. La gente dice que estoy loca, yo les digo gracias”. Estas palabras acompañaban una foto del North American Eagle, el vehículo que pilotaba Combs y había sido diseñado para luchar el récord terrestre de velocidad. Ahí está resumido perfectamente el espíritu de ella, una persona que no iba a dejar que las barreras de genero fueran un impedimento para hacer cosas increíbles. Y es que estar en la cabina de un vehículo como el Eagle era algo increíble…
52.000 HP, una mujer y una meta
El North American Eagle no era exactamente un carro: prácticamente era un caza Lockheed F-104 Starfighter sin alas y con ruedas de aluminio solido. Lo propulsaba un turbojet General Electric LM1500 capaz de producir el equivalente a 42.500 caballos de potencia. Como si fuera poco, la unidad instalada en el Eagle estaba modificada para producir 52.000 HP. No cualquiera tiene el coraje para montarse en semejante monstruo y mucho menos la habilidad para pilotarlo, pero Combs tenía ambas. Desafortunadamente, un elemento extraño golpeó la rueda delantera del Eagle, destruyéndola y haciendo que Combs perdiera el control.
Esa fue la causa del accidente, según concluyó la oficina del Alguacil del condado Harney después de dos meses de investigación. Combs perdió la vida inmediatamente con la fuerza del impacto, incluso antes de que el Eagle estallara en llamas. Y si bien su muerte todavía nos saca las lágrimas a más de uno, este reconocimiento póstumo nos llena de felicidad. Lo que logró Jessi Combs va más allá de un récord, es el argumento perfecto para demostrar que ser mujer no debería ser impedimento para lograr grandes cosas en el automovilismo.
