Puede que Volvo ofrezca al EX30 como un crossover eléctrico premium, un vehículo seguro y lleno de tecnologías interesantes. Aunque es cierto, eso no es lo único que identifica a esta “pequeña” camioneta sueca. Lo que aquí ve es un lobo vestido de oveja, es prácticamente un hot hatch o un sleeper de fábrica con tintes ecológicos, porque este auto se adjudica el título de “Volvo más rápido” y con creces.
Es una mezcla bastante peculiar, ya que nada más observarlo no sugiere que sea un vehículo con aceleración notable. Pero he ahí la belleza de la electricidad, convirtiendo autos que de cualquier otra manera son mundanos en algo divertido. Al ser un Volvo también es un auto extremadamente seguro, ecológico y bien construido, y tal vez esa era la idea: crear algo que sea bueno en varios aspectos. Todo en un paquete “pequeño” que se ubica por debajo del XC40, así las imágenes sugieran que es más grande de lo que aparenta.
El sleeper ecológico
No es el Volvo más pequeño de la historia, porque ese honor lo tienen otros modelos clásicos como el compacto 66 o el curioso 480 de los años ochenta. Pero el EX30 sí es el Volvo eléctrico más pequeño de la historia, y eso en términos de marketing es lo que cuenta. Con una longitud de 4.2 metros y distancia entre ejes de 2.6 metros, el EX30 es 20 cm más corto que un C40/XC40, con 10 cm menos entre ejes. Eso sí, no es un peso pluma, ya que las baterías hacen que el Volvo EX30 marque 1.8 toneladas en la báscula.
Claro que parte de ese peso está en la estructura del chasis y carrocería, aspectos clave en la construcción de Volvo. Además, la marca lo compensa con dos motores eléctricos (en la versión Performance) que producen en conjunto 422 hp y lo impulsan de 0 a 100 km/h en 3.6 segundos. No es que Volvo tenga muchos deportivos en su historia ni se interese en la velocidad, pero este crossover es el que tiene mejor aceleración entre todos los modelos de la marca, e incluso está a la par de algunos modelos de Polestar.
Si el desempeño no es la prioridad y prefiere algo con menos connotación de sleeper, Volvo presenta otras dos alternativas. Ambas tienen un solo motor de 268 hp, con una batería de 49 kWh o una de mayor eficiencia de 64 kWh. Esta última posee litio, níquel, manganeso y cobalto en sus componentes para mejorar el desempeño, con una autonomía estimada de 480 km; recuperando 10 a 80% de su carga en 25 minutos.
Ideas simples para un verdadero auto de entrada
El otro énfasis de Volvo está en la aerodinámica. Puede parecer un XC40 con un frente distinto, pero todas sus superficies son suaves y libres de líneas innecesarias. Ni siquiera hay una parrilla, solo tomas de aire inferiores para la cabina. Es el mismo concepto del Volvo EX90 pero con un tamaño menor y un frente afilado como una cuña, y a pesar de los curiosos faros LED en la parte trasera, es un diseño que funciona. Por cierto, Volvo insiste que es su modelo más ecológico, compuesto por aluminio y acero reciclados por fuera.
En el interior los plásticos son reaprovechados y hasta los tapetes se pueden construir a partir de botellas recicladas. Volvo sigue con su filosofía de menos es más, creando un tablero minimalista el cual solo se ve interrumpido por una única pantalla de 12.3” con interfaz de Google. Lo único negativo es que esta pantalla integra todos los controles y hasta velocímetro. En contraste, un detalle interesante es el parlante que atraviesa todo el tablero como un teatro en casa, una de las primeras aplicaciones de un sistema así (firmado por Harman Kardon) en el mundo automotriz.
Gracias a ese interior simple lleno de soluciones simples como portavasos deslizables y una guantera bajo la pantalla, el Volvo EX30 eléctrico es asequible. Los modelos de entrada rondarán los 30 a 34.000 dólares, colocándolo muy por debajo de rivales como un Mercedes-Benz EQA o BMW iX1. Ese es el objetivo de Volvo, poner en las manos del mundo un vehículo sencillo, bien pensado y eléctrico que afecte lo menos posible el ambiente, y al menos en teoría parece que lo logran.
