Un diseño retro, un motor mucho más poderoso y la posibilidad de elegirlo con caja manual. ¿Para qué más? El Nissan Z es uno de los autos que más hemos gozado durante la jornada de pruebas de manejo para premiar los mejores autos del mundo en el World Car Awards 2023, en la categoría World Car of the Year.
Los guiños a las pasadas generaciones del Z son solo una pequeña parte de la historia de lo que es esta reinvención del deportivo por excelencia de Nissan. Mientras el ya veteranísimo GT-R apunta a un nicho más especializado y con más recursos, el Z es más fiel al concepto puro y original de un deportivo gracias a su caja manual, a su propulsión trasera y, cómo no, a un precio más cercano a una órbita terrenal.
La simple cabina separa al Z del más elaborado Toyota Supra: el presupuesto de desarrollo es claro que no fue el mismo y eso no importa. Nissan tiene claros ciertos valores de autenticidad que en el sofisticado Supra quedan más diluidos; y la experiencia de manejo en relación al Toyota con componentes de BMW es incluso más gratificante. Ello gracias a una dirección más fiel y de paso menos asistida, a una suspensión que cede menos sobre todo al apoyar el eje trasero y a una cabina sencilla y al grano, sin tanta tecnología que lo distraiga del propósito principal e incluso austera en algunos apartados. Y para nada eso es una queja.
Dinámico y gratificante
El V6 ahora se extrajo de Infiniti y de la pasada planta de aspiración natural del 370, estamos ahora ante un 3.0 de doble turbo que de por sí hacía bien su tarea de mover los siempre regulares y no muy relevantes Q50 y Q60. Es hora de sacarle provecho con algo más interesante y este coupé (y próximamente roadster) es la oportunidad perfecta.
Ahora con 400 caballos y casi 480 Nm de par, la diferencia no está precisamente en la potencia sino en la intensidad de la respuesta a medio régimen con todo el torque extra: el Z cambia de carácter sin volverse demasiado abrupto o complicado de controlar. La capacidad de tracción entre los cauchos de 275 mm de ancho en el eje trasero y una electrónica bien calibrada que no nos corta las alas cuando abusamos del pedal derecho, hacen que el nuevo impulsor sea plenamente disfrutable.
El balance inherente de la buena distribución de pesos y la tracción al eje correcto se ven complementados por un chasis preparado para una aceleración más agresiva. Si bien en el centro de todo está una caja manual de recorridos cortos y una palanca que exige fuerza o un embrague pesado y agradable que no incitan a cambios rápidos sino bien pensados, porque incluso en tramos montañosos con curvas de media velocidad, muchas veces no hacía falta cambiar de tercera a segunda o de tercera a cuarta; la energía del V6 hacía innecesario seleccionar otra marcha.
Todo aunado a una suspensión que no es excesivamente rígida y un baúl decente da como resultado un Z que no pierde cierta concesión práctica en un biplaza que ya tiene un nombre bien ganado. Definitivamente el Nissan Z fue uno de nuestros favoritos en la vasta selección de modelos que tuvo el World Car Awards 2023.