He aquí la respuesta a algo que quizá nadie cuestionó o imaginó antes. Menos para Mansory, quienes sí pensaron que el diseño del Porsche 911 Turbo S era demasiado “vainilla” y tenían que hacer algo para corregirlo. El resultado es un mar de fibra de carbono, colores eclécticos y una apariencia que recuerda más a un Bugatti que a un Porsche.
Mansory lo denomina el P9LM EVO 900, aunque preferimos su denominación original de Porsche 911 Turbo S. Aquí sabemos bien que cualquier proyecto que pase por las manos de ese preparador alemán es todo menos sutil y este 911 no es la excepción. Con eso dicho, la combinación de color negro con azul (o verde) turquesa no desentona para nada, incluso en el interior que es un mar de tonalidades claras pastel. Porsche tiene un programa de personalización, y esta combinación de tonos le sentaría bien a cualquier 911 moderno, por si el bodykit de Mansory es demasiado.
Mares y mares en fibra de carbono
Ya es un sello de Mansory esa fibra de carbono expuesta con un acabado que parece de fino mármol. Esta se extiende por el capó frontal, rejillas de ventilación sobre los pasos de rueda, espejos retrovisores y defensa trasera. Este radical bodykit añade aletas al frente, los faldones y parte trasera con sutiles acentos turquesa, un splitter frontal, un difusor con tres salidas de escape y hasta un ducto adicional en el techo para refrigerar el motor. No podemos evitar la similitud vaga con un Bugatti Chiron, por alguna razón
Sin duda el elemento más radical es el alerón trasero, que es más grande que incluso el de un 911 GT3 RS. Todas piezas en fibra de carbono forjadas y que ayudan a la carga aerodinámica, o eso dice Mansory. Lo que no es decorativo es la mejora al motor, ya que Mansory (al igual que Brabus) declaró que los 641 hp del Porsche 911 Turbo S no bastan. Con la ayuda de un escape más ancho, un intercooler refrigerado por agua, un nuevo módulo ECU y un par de turbo más grandes, la creación e Mansory se eleva hasta los 888 hp y 1050 Nm de torque. O 900 PS, para que el nombre suene mejor.
Los rines forjados son más ligeros que los que utiliza Porsche, pero ahí paran las mejoras en desempeño. Su interior es un mar de cuero blanco y turquesa con patrones triangulares y logos de Mansory por doquier; al igual que mucha fibra de carbono. Aunque el color puede ser personalizado, si es uno de los 10 que se arriesgan a tener un 911 tan “sutil” como este. Mansory nos dice que esta modificación también aplica para el Turbo “a secas” y en el futuro crearán un kit para el 911 Turbo convertible. Modelo que seguramente lucirá más radical en comparación, conociendo a este preparador.