Todos cometemos errores, de eso no hay duda. Y a veces, un descuido pequeño puede terminar en una catástrofe total. Tal es el caso del motor de este Jeep Wrangler, el cual quedó destruido luego de que su dueño lo hiciera revolucionar a más de 50.000 RPM. Ouch.
¿La causa de muerte? Un mal remolque. Pero no fue que el Jeep fue arrastrado de manera agresiva por una grúa ni nada por el estilo. Sencillamente, su dueño remolcó indebidamente al pobre Wrangler, causando que el Pentastar V6 del Jeep se desintegrara, como si una bomba hubiera explotado bajo el capó.
En un video de TikTok quedó registrado el alcance de los daños. Este lo compartió Toby Tuten, jefe de mecánicos de un concesionario de Jeep en Florida, al cual fue a parar el pobre carro. El dueño, quizá pensando que era algún daño pequeño, llevó a su Wrangler 2021 a una revisión por garantía. Qué tan equivocado estaba el hombre, ni los mecánicos sabían lo que les esperaba.
Le recomendamos discreción porque el video a continuación no es apto para los fanáticos de la marca.
Un coctel de destrucción
Estos encontraron que la caja de transferencia del Wrangler estaba en 4L. Este nivel se utiliza para tener más tracción en terrenos complicados o destapados, y los fabricantes recomiendan no superar los 40 km/h. El dueño, sin darse cuenta, conectó el Wrangler a su casa rodante y lo remolcó en 4L en vez de neutro.
Según Tuten, en una entrevista con The Drive, el Jeep fue remolcado a velocidades de autopista, unos 90 a 100 km/h según el mecánico. Sobra decir que esto fue una terrible idea, porque el movimiento del diferencial y el eje de transmisión dejaron al motor «abierto» como una lata de atún.
Como cohetes, dos pistones del V6 salieron volando a través del bloque y cigüeñal; la transmisión también quedó hecha pedazos, mandando el embrague y flywheel a través del acoplamiento de la caja de cambios, perforando esta y el carter del motor. Los ejes de transmisión quedaron cercenados.
Una rápida referencia con el manual del Wrangler, y el fabricante recomienda remolcar el vehículo con su caja de transferencia en neutro, y engranado en algún cambio, como primera o segunda. Los colegas de Jalopnik echaron cuentas, y el motor alcanzó las 54.264 RPM. El límite del V6 es 6.600 RPM.
El chiste le saldrá caro al dueño del pobre Jeep Wrangler destruido, ya que la garantía no cubre semejante destrucción. El seguro probablemente tendrá que encargarse de cubrir el daño, que asciende a $30.000 dólares, sin contar la mano de obra. Es muy probable que, para repararlo, el auto termine considerado como salvamento. A fin de cuentas, con el valor de los daños, sale más económico comprar un nuevo Jeep Wrangler V6 que reparar este que fue destruido.
