Esto que está ante sus ojos no es solo un carro eléctrico. Es el equivalente del álbum Dark Side of the Moon de Pink Floyd. Puede que Hyundai tenga un sinfín de vehículos fantásticos en su portafolio, pero el IONIQ 5 marca un punto claro de inflexión; este es el instante que cambió por completo a la marca en Colombia y todo el mundo.
Antes de su lanzamiento en Colombia tuvimos la oportunidad de probar a fondo al Hyundai IONIQ 5 y desentramar los misterios que lo hacen tan ganador. La expectativa que carga este modelo es altísima, cosechando galardones a diestra y siniestra en todo el mundo, incluyendo tres categorías de los World Car Awards (de los cuales fuimos jueces) en 2022. Algo tuvo que hacer bien porque su hermano, el IONIQ 6, repitió un año después.
Como el Hyundai del abuelo
Para entender la magia que envuelve al Hyundai IONIQ 5 hay que mirar hacia el pasado, al primer modelo de la marca en Colombia. El Hyundai Pony fue un salto arriesgado para una marca nueva que hasta ese punto creaba copias bajo licencia del Ford Cortina.
Diseñado por Giorgetto Giugiaro, el Pony fue ese complicado álbum debut de Hyundai. Su mecánica de Mitsubishi probó ser robusta, aterrizando en Colombia en donde fue popular como taxi, con un diseño contemporáneo al del Dodge Polara (o 1500) que también se ofrecía por la época. Fue una primera entrada algo tímida en los años ochenta que terminó tan rápido como inició. Pero hizo que el nombre Hyundai hiciera eco en la cultura colombiana, y cuando la marca regresó con el Excel durante los noventa Hyundai tuvo una mejor acogida que los condujo a esto.
Diseño 10 de 10
El Hyundai IONIQ 5 le debe mucho más que su origen al Pony, no solo en Colombia sino en el resto del mundo. ¿No me cree? Tal vez no lo parezca pero la silueta hatchback del IONIQ 5 al igual que su diseño estan inspirados en el Pony. Es una imagen neo-retro que funciona extremadamente bien y augura una primera impresión del modelo.
Una gran atención al detalle fue puesta en crear las luces pixel, sus puertas que ofrecen un generoso acceso a la cabina, los rines aerodinámicos y hasta los sutiles pliegues que atraviesan el perfil lateral de este carro. Solo compárelo con un Accent de hace 20 años, o el mismo IONIQ híbrido original, es una diferencia del día a la noche.
Toda esto resulta un corte armonioso que no resulta agresivo como otros eléctricos contemporáneos que insisten en ser futuristas. Hyundai responde diciendo que el futuro fue en los años ochenta para el deleite de todos aquellos que gustan de la onda retro. El IONIQ 5 es un auto engañoso dadas sus proporciones, porque en persona es más pequeño de lo que aparenta, pero aún así viene cargado con una distancia entre ejes monumental de 3 metros, la mejor de cualquier otro Hyundai. Sume todas estas características y obtiene una apariencia correcta y ganadora.
Un espacio agradable y práctico
Eso nos lleva a su cabina que es igual de aplicada al exterior. La interfaz dual de 12.3” es intuitiva y fácil de operar con el detalle de tener un modo oscuro para quienes preferimos algo así. Su tablero exhibe un minimalismo bien logrado, en el cual cada superficie y acabado se siente natural, encajando perfectamente donde debe. La inclusión de botones físicos también es bienvenida.
El espacio para las piernas de los ocupantes es gigantesco, cortesía de no tener un túnel de transmisión. Muy pocas cosas traicionan esta ergonomía, como la ausencia de la consola central ajustable del modelo internacional, o la palanca de cambios que está ubicada bajo el control del parabrisas, llevando a confusiones mientras uno se acostumbra a su operación.
El habitáculo ofrece una sensación cómoda y agradable para viajes largos, noción apoyada por su autonomía de 480 km. Es más, la batería nos sorprendió por la forma tan óptima en la que aprovecha la energía todo el tiempo. Aceptando carga directa de 350 kW, las baterías recuperan 80% de energía en 20 minutos. Aún con nuestra red de cargadores más primitiva el IONIQ 5 fácilmente encaja como un carro familiar para viajes constantes.
Un carro para toda ocasión
La suma de todos sus componentes convierte al Hyundai IONIQ 5 en un paquete ganador para Colombia. Si el interior o su propuesta tecnológica ni diseño lo convencen, su sensación de manejo lo hará. Esta versión intermedia que recibimos, con un motor de 215 hp a las ruedas traseras, tiene suficiente picante para divertirse. La aceleración no es explosiva como la versión de dos motores (probada en el EV6) pero cumple a la hora de poner una sonrisa en su rostro.
En contraste a otros eléctricos cuya prioridad es la aceleración, el IONIQ 5 afronta las curvas con un gusto contagioso, invitándolo a disfrutar de una carretera con muchas curvas. La dirección electroasistida consigue la hazaña de comunicar de forma aplicada la sensación del camino y nivel de agarre, ayudado también por un juego de Michelin Pilot Sport EV que lo pegan al pavimento.
Sume todo eso y tiene un eléctrico con una excelente relación costo-beneficio (para nuestro contexto). Además el Hyundai IONIQ 5 así en su versión de un motor se gana el derecho a ser llamado un hot hatch cargado de dinamismo: práctico para cinco ocupantes con su equipaje pero divertido cuando la situación se presta para ello.
La combinación ganadora
¿Qué más se puede decir? El Hyundai IONIQ 5 le hace frente a eléctricos que cuestan 100 o 150 millones de pesos más en Colombia, igualando o superando a modelos como el Volvo C40 Recharge o Mercedes-Benz EQA en mesuras típicas como autonomía, batería y eficiencia. ¿Que nos atrevemos a comparar un vehículo del sector premium con uno más “asequible”? Por supuesto, porque lo que Hyundai consigue es cerrar esa brecha entre un carro de media y alta gama, gracias a su holgada lista de beneficios que lo ubican como uno de los mejores carros eléctricos a los que tenemos acceso.
Cosas por mejorar, claro nada puede ser perfecto. Por ser el mercado colombiano brillan por su ausencia cosas como esa consola central móvil, un cargador bidireccional para enchufar electrodomésticos, algunos acabados en el interior con más distinción, en fin. Detalles que al final del día sería bueno tener, pero no le quitan ni le ponen.
Si le incomodan estos detalles basta con conducirlo y experimentar la atención al detalle en sus sistemas y acabados. Además, ningún otro eléctrico tiene una superficie magnética para que se divierta pegando imanes u otras cosas junto al panel de instrumentos. También un celular con base imantada, así Hyundai no lo venda de esa manera por razones legales.
Volviendo a la tesis que abre este texto, el IONIQ 5 marcó un momento definitivo que moldeó definitivamente a Hyundai como marca a tomar en serio. Ningún modelo en el pasado se acerca, y todo modelo futuro tendrá que seguir sus enseñanzas para superarlo. Además, no es una mala forma de subirse al tren de la electricidad por unos 250 a 260 millones de pesos.