Paul Walker fue un hombre que, entre muchas cosas, era un fanático total del Nissan Skyline GT-R. En particular del modelo R34, que utilizó en Rápido y Furioso 2, así como en la cuarta instalación de la franquicia. El fabuloso GT-R azul que conduce Brian O’Conner en esa película es el auto que adorna estas palabras, y podría ser suyo ya que esta a la venta. Y solo para que se sienta viejo, piense en esto: Rápido y Furioso 4 salió hace 13 años.
Hoy en día no es extraño ver la alta demanda que tiene el Skyline GT-R. Casos como ejemplares de bajo kilometraje, o versiones limitadas suelen atraer bastante atención y dinero. Pero hay un «no sé qué» especial en el Nissan Skyline GT-R que utilizó Paul Walker. Quizá es por revivir las escenas de una de las películas, o por su pasión por el deportivo de Nissan. Tal vez es por su trágico fallecimiento hace casi 10 años.
Justo y como aparece en la película
Sea cual sea la razón, alguien tendrá la oportunidad de ser el nuevo dueño del Nissan Skyline GT-R de Paul Walker. Esta unidad en particular aparece en la cuarta parte de la saga, como uno de los autos utilizados por Walker para entrar encubierto al mundo de las carreras callejeras. En la película Walker utiliza tres GT-R incautados para construir esta unidad especial, con todos los juguetes para romper la ley y portando el icónico tono Bayside Blue de Nissan.
Este Skyline en particular fue modificado por Kaizo Industries, y luce todas las modificaciones que vemos en la película. Iniciando por el legendario motor RB26DETT con un intercooler de Turbonetics y escape Nismo. La suspensión fue rebajada con resortes Nismo y frenos Rotora de seis y cuatro pistones detienen a este Godzilla. El frente ostenta defensas Nismo Version II, hay nuevos faldones laterales y rines Volk RE30.
Su interior desecha el peso de las sillas traseras, y ahora hay butacas tipo cubo con arneses OMP y una jaula antivuelco. El panel de instrumentos es digital y posee un head-up display; mientras que el volante es de Momo, forrado en Alcántara. Los pedales son de un Skyline GT-R V-Spec Nür, y aún se conserva un autógrafo de Walker en el interior del vehículo.
Ítem de coleccionista
Cómo puede ver, este auto es realmente el que desfiló en la pantalla grande. Se dice que el mismo Paul Walker eligió las modificaciones de este Nissan Skyline GT-R, e incluso insistió en conservar su tono azul sin calcomanías ni elementos vistosos. Con apenas 6000 km en el odómetro, es también un Skyline en excelente estado de conservación, y está matriculado en Florida. Podrá preguntarse si este auto es legal en EE.UU., y se sorprendería porque una tanda de R34 fue importado de forma legal hace ya dos décadas.
La venta llega cortesía de GT-A International, y seguramente atraerá mucho interés y un precio exorbitante. Con la situación del mundo actual, no sé extrañe que este GT-R demande un precio de seis figuras, dadas sus modificaciones y fama en Hollywood. Casi nos da pena que irá a parar a una colección pública o privada como una pieza de museo que no cumplirá su función real: rugir por las calles del mundo.