Este Gran Premio de Austria tuvo mucho dramatismo y Charles Leclerc fue el vencedor, pero por poco. El monegasco pudo aprovechar al máximo la estrategia de su equipo, pero un problema con el acelerador le dificultó la tarea al final. Max Verstappen quedó de segundo después de pelear con uñas y dientes por el primer puesto, pero la impaciencia hizo que desgastara los neumáticos antes de tiempo. Mercedes-AMG volvió a brillar con Lewis Hamilton en el tercer puesto, quien gracias a una combinación de suerte y buena estrategia alcanzó de nuevo el podio.
No hay nada escrito
Se cumple la mitad de la temporada con el Gran Premio de Austria y todos pensaban que Max Verstappen lo ganaría sin esfuerzo. Sin embargo, las cosas no funcionaron como se esperaba. Aunque Max arrancó bien y se apoderó del primer puesto en la largada, los Ferrari arrancaron duro y empezaron a cazar al Red Bull casi de inmediato. El primer sobrepaso llegó en la vuelta 12 gracias al DRS y a un buen manejo de llantas por parte de Leclerc.
Luego de eso, Verstappen tuvo que entrar más veces de las esperadas a cambiar las llantas. Por alguna razón, el holandés se estaba comiendo las llantas antes de tiempo y por eso se le hizo difícil mantener el primer puesto. En varias ocasiones, los 2 autos de Ferrari se mantuvieron al frente, al menos hasta que se le acabó la suerte a Carlos Sainz Jr.
En la vuelta 57, Sainz estaba cazando a Verstappen para robarle el segundo puesto y justo cuando le estaba dando alcance, su motor falló. De la nada, una nube de humo empezó a salir del motor, forzando al español a abandonar en una de las zonas de escape, con su monoplaza envuelto en llamas en un santiamén. Por fortuna, Sainz salió sin un rasguño.
Las alarmas se prendieron en el pit de los tifosi cuando Leclerc comenzó a quejarse con un problema en el acelerador en la vuelta 63. El pedal no salía completamente y a veces se quedaba pegado. Con todo eso, el monegasco pudo ganar la carrera sin dejar que Verstappen le diera alcance. Unas vueltas más, y quizá la historia sería otra.
Unos empiezan a lucirse
Mientras Leclerc y Verstappen se disputaban la punta, Mick Schumacher hacía sentir orgulloso a su papá. El joven piloto mantuvo su Haas muy arriba en la tabla de posiciones, tuvo peleas fuertes con Norris, Hamilton, Alonso y hasta con su compañero. De hecho, empezó en el puesto 9 y logró subir al puesto 6, lo que le valió el título de piloto del día.
A media parrilla se disputó una multitudinaria pelea que causó emociones a más de uno. En la vuelta 24, Ocon, Tsunoda, Zhou, Alonso, Schumacher y Norris protagonizaron una lucha por el sexto puesto. Entre adelantamientos, cierres y curvas de hasta 3 autos la gente saltaba y vitoreaba. Al final, se ubicaron Ocon de quinto, seguido por Schumacher, Norris, Magnussen, Ricciardo y Alonso cerrando el top 10 del Gran Premio de Austria.
El villano de la jornada
Por otro lado, George Russell no se ganó muchos elogios a pesar de su brillante actuación. Al inicio de la carrera, causó un toque con Sergio Pérez que lo hizo salir de pista. Esto arruinó la carrera del mexicano, pues cayó al último puesto y de ahí no pudo salir por los daños en el auto. Los comisarios le aplicaron una penalización de 5 segundos a Russell por causar la colisión y tuvo que cumplirla en la vuelta 10, por lo que cayó al fondo de la tabla. Al final de carrera se logró ubicar de cuarto detrás de Hamilton, pero nadie le sonreía, ya que Pérez se retiró a causa de los daños en la vuelta 26. ¿Lo ve? Este Gran Premio de Austria estuvo mejor que una novela.
