Desde el Opel Omega o Lotus Carlton y mucho más atrás el Ford Cortina, Lotus no concebía un sedán de alto desempeño. La diferencia es que tanto el Carlton como el Cortina eran vehículos concebidos con otra marca pero modificados por Lotus. Fue hasta la llegada del Eletre SUV que Lotus finalmente tuvo un auto propio de alto desempeño con cuatro puertas, y aquí está la secuela. El Lotus Emeya es un deportivo con cuatro puertas, desempeño eléctrico de alta tensión y la misión de conquistar no solo el segmento de lujo, sino también ese nicho de damas o caballeros que buscan un sedán ejecutivo con mucho picante bajo el acelerador.
El Gran Turismo de Lotus
Claro que denominarlo sedán es muy mundano ante los ojos de la marca inglesa. Para mayor simpleza seguirémos refiriéndonos al Emeya eléctrico como un sedán, pero Lotus quiere que se le conozca como un “híper GT”. Si el Eletre era la antítesis de todo lo que representa Lotus como marca (deportivos ligeros y divertidos), entonces el Emeya es un intento de corregir eso, de la forma más neutral y elegante posible.
Lo que Lotus creó no es precisamente ligero, y a diferencia de un Elise no escatima en comodidad. La diferencia es que el Emeya, al ser un gran turismo, es un vehículo para rodar con mucha comodidad a 150 o 200 km/h sin despeinarse. Para tal fin tomaron el tren motor del Eletre, desarrollado en conjunto con Geely y Volvo, y lo acomodaron en un auto más ligero y plantado al suelo.
Una batería de 102 kWh proporciona energía a dos motores, uno por eje, que en conjunto producen 603 caballos de potencia. Eso es para el Emeya “estándar”, pero la versión tope tiene hambre de Porsche Taycan y Tesla Model S, elevando su poder a 905 equinos, suficiente para ir de 0 a 100 km/h en 2.8 segundos según los cronómetros de Lotus.
No se acerca a los más de 1.000 hp que poseen el Lucid Air o Tesla Model S Plaid. Siendo franco con usted, el reinado del Model S ha sido difícil de derrocar, en parte por la popularidad que amasó Tesla en la última década y en parte por la facilidad de comprar cualquier auto de esa marca con dos o tres clics. Lucid es una marca aún de bajo volumen con un modelo superior a Tesla, y el Taycan es un éxito en ventas pero le falta para rebasar a Tesla. Ese es el ambiente adverso en el que el Lotus Emeya eléctrico tendrá que demostrar que no es solo un sedán con mucha aceleración y nada más.
Replicando una sensación análoga en un computador
Lo importante de un Lotus no es su velocidad tope ni su aceleración intoxicante, es su habilidad para negociar curvas de manera impecable. Con el Eletre lo intentaron, aunque sus 2.5 toneladas no hacen las cosas fáciles. Lotus no quiso revelar el peso del Emeya, pero si no excede las 2 toneladas estaremos impresionados.
Para mantener esa pureza de Lotus a la hora de conducir en control, la marca británica se volcó a los milagros de la ciencia. Suspensión adaptativa con amortiguadores operados por aire, para empezar. Sensores que monitorean el camino 1.000 veces por segundo dictando el comportamiento que deba tener esa suspensión, enormes frenos con capacidad regenerativa y una transmisión de dos velocidades para jugar con la forma en la que ambos motores entregan el poder a las cuatro ruedas.
La pièce de résistance del Emeya es su aerodinámica activa, con rejillas al frente que se abren o cierran de forma inteligente, un spoiler desplegable atrás, difusor trasero y ductos al frente y atrás para maximizar el flujo del aire.
Es una ruta viable para mantener al Emeya pegado al camino, pero no podemos evitar pensar que esa sensación análoga de otros Lotus se perdió hace mucho. No que el Emeya parezca un mal producto, sino que esta nueva era de Lotus debe juzgarse con otros criterios, como el lujo, comodidad y efectividad de sus sistemas electrónicos.
Un Lotus de lujo con un enorme reto
En materia de diseño Lotus adopta la forma aerodinámica típica de un sedán (o grand tourer) eléctrico, con un frente afilado, una cabina en forma de gota de agua que se extiende hasta la parte trasera. Adelante predomina un conjunto lumínico agresivo, con cuatro líneas LED que se asemejan a los ojos de un arácnido. Atrás las cosas son más elegantes, con una barra LED coronada con el nombre LOTUS sobre ella y un difusor relativamente discreto.
En la cabina Lotus asegura que pasó tres años encontrando el material perfecto para reemplazar los plásticos. Usando aluminio y textiles reciclados, al igual que cuero napa y alcántara, el Emeya intenta vender que es un auto de lujo. Cuatro sillas tipo cubo para cuatro ocupantes, consola central generosa y un tablero de doble burbuja; al igual que un sistema de sonido con cancelación de ruido externo.
Es un interior que denota alta calidad, y cuya única debilidad es la enorme pantalla que controla todo, minimizando el rol de los pocos botones físicos aún presentes. Por sí solo el Lotus Emeya eléctrico es un sedán de lujo que luce bien en términos modernos, pero ofrecer desempeño y soluciones aerodinámicas inteligentes no basta.
La misión del Lotus Emeya es derrotar de forma convincente al Porsche Taycan, Lucid Air, Tesla Model S y los Mercedes-AMG EQ, entre otros. Como mínimo, demostrar que es un rival digno y en un nivel superior a ellos. No solo en aceleración y maniobrabilidad, también en confort, calidad y accesibilidad. Tarea difícil para una marca históricamente más pequeña, y con los primeros Eletre llegando al público tendremos que esperar a las opiniones reales del Emeya hasta 2024, quizá 2025.