10-autos-importar-Estados-Unidos
- Publicidad -

Sabemos que no somos un medio radicado en EE.UU., pero cada año es un espectáculo ver cómo los fanáticos pierden la cabeza al poder importar esos frutos prohibidos automotrices que nunca se vendieron allá. Además, si tiene planes de irse a vivir a ese país, ya sabe qué vehículos tiene para elegir en ese menú lleno de octanos y héroes automotrices. Este año es especial para Estados Unidos porque el Nissan Skyline R34 GT-R por fin es legal para importarse allí, pero como esa noticia ya es demasiado vista, así que decidimos hacer una lista con todas los otros autos que se pueden importar allí.

Contexto, para aquel que no lo sabe: en Estados Unidos existe una regla que evita la importación de cualquier modelo no destinado para el mercado de EE.UU., a menos que cumpla 25 años. Ello por no estar homologado en pruebas de choque y otras minucias no relevantes en este momento. En el instante que cualquier modelo cumple 25 años esa regla se disipa y a partir de allí todo vale, siempre y cuando dé con un especialista que ayude a importar su auto (o autos) soñado a Estados Unidos.

Si sí, ya te vimos R34. Sabemos que ya se puede importar a Estados Unidos, pero aquí nos importan otros autos más raros e incluso interesantes.

Así que sin más preámbulo, cocinamos este listado con una decena de autos raros, interesantes o exóticos que son legales para importar a Estados Unidos a partir de ahora, solo por diversión.

1. TVR Tuscan Speed Six

¿Pensó que iniciaría con un héroe JDM? Pues no, he aquí un fruto aún más prohibido que un GT-R. Es el Tuscan, fruto de la compañía más demencial y apasionada que engalanó las calles británicas: TVR. Marca que ponía como prioridad la pureza de sus creaciones y el placer de conducir por encima de todo lo que era práctico y/o seguro.

El Tuscan es un modelo que conocemos a este lado del mundo por dos razones: una, sus apariciones en Gran Turismo 2 (en adelante); dos: su rol protagónico en esa escena de persecución de Swordfish, película cuyo mayor dilema era saber cómo el villano de la película consiguió un Tuscan. Ahora sí es legal importar uno, para hacer morder el polvo a los dueños de Corvettes con estilo y los 350 hp de su motor seis en línea “Speed Six”.

10-autos-importar-Estados-Unidos

2. Nissan Silvia S15 Spec-R

Todos alaban al R34 pero se olvidan de su hermano menor. En 1999 Nissan lanzó el que sería el último Silvia/240SX hasta el momento, el S15. Monalisa, como lo llamarían en Rápido y Furioso 3, el S15 Spec-R mantenía el eterno motor SR20DET pero elevándose (de fábrica) hasta los 250 hp y equipando por primera vez una transmisión manual de 6 marchas.

No solo eso, su diseño ha envejecido con gracia, sin nada que envidiarle a un cupé deportivo actual como el Toyota GR86 o el mismo Nissan Z. Eso sin mencionar su amplio pedigrí en el mundo del drift.

3. Audi A2

Hora de una rareza para aquellos que prefieren autos olvidados o extraños por encima de un exótico. Concebido como un monovolumen eficiente, asequible y con un consumo extremademente bajo de combustible, el Audi A2 es una joya infravalorada. Imagine la cara de los fanáticos de Audi en EE.UU. cuando aparezca en uno de estos.

El problema es encontrarlos porque Audi no vendió tantos como esperaba y muchos fueron usados hasta el cansancio. Con eso dicho, el motor diésel del A2 es el más robusto y eficiente que puede encontrar, superando en estilo al Mercedes-Benz Clase A. No va a ganar carreras en el A2, pero sí podrá llevar a toda su familia consumiendo 3 litros de gasolina por 100 kilómetros. Y sí, hay entusiastas del mundo motor que están fascinados por la eficiencia. Créame, existe gente que desea esas rarezas automotrices, serán pocos pero los hay. Doug DeMuro es uno de ellos, quien decidió importar un Clase A solo para probar la idea de tener un auto que nunca fue diseñado para EE.UU.

10-autos-importar-Estados-Unidos

4. Citroën Xsara Picasso

Hablando de autos raros que en Estados Unidos quizá ni conozcan de su existencia, usted puede ser el primero en importar un Citroën Xsara Picasso. Imagine ese negocio, un monovolumen relativamente normal para nosotros latinos (y los europeos) por el que un selecto público en EE.UU. pagaría muy bien. Es más, iré a proponerlo a la junta directiva de Fuel, capaz encontramos una mina de oro.

El Xsara Picasso es un monovolumen que mecánicamente no es nada del otro mundo, pero con un diseño extravagante y extraño, incluso para los gustos franceses. Nada más su nombre, Picasso, es fuera de lo común. No ganará carreras con sus motores a gasolina o diésel que van de los 90 a 136 equinos, pero todos le preguntarán por el origen de este vehículo en forma de huevo. Además, se produjeron tantos que encontrar partes no será difícil en EE.UU., si está dispuesto a pedir todo por Ebay o Amazon y esperar unos días de más. Así que déjese llevar por su francés interior y asista a todos lados con una boína, cantidades copiosas de baguettes y un póster de Sébastien Loeb.

5. Toyota Yaris/Vitz

He aquí un asiático que es más europeo que otra cosa. Auto del año japonés en el 1999, el Yaris (o Vitz en Japón) es un clásico no solo por su diseño relativamente atractivo, sino porque muchos lo conocieron por Gran Turismo. En serio, es de los primeros vehículos en usarse en las pruebas de licencia y el premio de las competencias más básicas. Es más, es una especie de meme en la comunidad de Gran Turismo, ya que un infame Vitz rosado solía ser un premio constante en Gran Turismo 3.

Es cierto que EE.UU. sí recibió al Yaris, pero en forma de cupé/sedán con el nombre Echo. Pero el Vitz o Yaris de tres y cinco puertas no se asomaría a ese mercado sino hasta 2003. Para máximos puntos de rareza, existe una versión van conocida como el Yaris Verso o FunCargo; pero cualquiera que sea el caso no ganará ninguna carrera con sus motores razonables de 1 a 1.5 litros de desplazamiento. Si espera un año podrá importar el Yaris/Vitz RS con aires de hot hatch, suspensión deportiva y unos titánicos 110 hp.

6. Honda HR-V

Nos quedamos en Japón para explorar otra rareza de esos primeros días del crossover. Es el Honda HR-V (no el moderno, sino el original), un sports utility vehicle compacto basado en el city car Logo, el cual buscaba ser jovial y simpático como muchos 4×4 pequeños de la época. En esencia es un kei car que tomó muchas vitaminas y adoptó los colores vistosos de finales de los noventa.

Se ofreció en Europa y Japón, por lo que clasifica en esa categoría de autos prohibidos que nunca tuvo EE.UU. Como mínimo es un auto curioso para sorprender en cars and coffee; pero para los más ambiciosos el HR-V tenía tracción integral (AWD) de fábrica y se presta para todo tipo de modificaciones y locuras off-road. Imagine el motor de un Civic, Prelude o un S2000 allí adelante.

7. Renault Clio 172

Si le pregunta a cualquier estadounidense, uno de cada 10 sabrá qué es Renault. Lo que no saben es que la marca francesa sí tuvo presencia en EE.UU. gracias a una extraña alianza con AMC que, spoilers, no terminó nada bien. Allí conocen a Renault por el Alliance, nombre bonito para el R9 y el LeCar, de nuevo un denominador con estilo para nombrar al R5. El Clio 172 es, sin duda, una propuesta más emocionante que esos dos.

Antes del Clio V6 la versión 172 era la que ponía la diversión en el nombre del Clio de segunda generación. Con un peso menor a una tonelada, 172 caballos de potencia y una velocidad máxima de 220 km/h, el Clio 172 (o R.S.) es prácticamente un kart ante los ojos gringos. Además, el Clio se fabricó por más de 20 años y su motor se utilizó en una infinidad de autos del Rombo, desde el Mégane hasta la Dacia Duster, facilitando su mantenimiento. Podría hasta invocar el espíritu de Alain Prost (quien pilotó para Renault en F1) a bordo de su Clio 172, si se lo propone.

8. Mitsubishi Lancer Evo VI Tommi Mäkinen

Otra leyenda del automovilismo, solo que sobre grava, nieve o barro, es Tommi Mäkinen. Finlandés volador quien es sinónimo con el Mitsubishi Lancer Evolution (usualmente con los colores de Malboro) haciendo morder el polvo a todos en el WRC. Por esa razón Mitsubishi decidió honrarlo con su propia edición especial basada en el mismo Evo VI con el que ganó el título en 1999.

Sí, es cierto que cualquier Evo VI o autos de Mitsubishi como el FTO ya se pueden importar a Estados Unidos, pero sin duda el más interesante de esa lista es la edición Tommi Mäkinen (o TME). Gráficos en los costados, logos Ralliart, un bodykit especial, rines Enkei de 17 pulgadas tipo turbina y asientos Recaro tipo cubo. Eso sin mencionar que es el último Evo basado en la sexta generación del Lancer y su motor 4G63 turbo con 280 equinos a su disposición. Para todo lo demás están el Lancer Evo VI RS (Rally Sport) si lo que quiere es pureza, o el GSR (Grand Sport Racing) para más comodidad y ese diferencial con AYC (active yaw control) para balancear las fuerzas de aceleración y frenado.

9. Noble M10 y Ultima GTR

Desde la tierra que nos dio a Doctor Who, Top Gear y los chistes sobre la realeza llega un supercar para dejar a más de uno boquiabierto. Es el Ultima GTR, un auto de carreras que es apenas legal para transitar en las calles y que bajo su carrocería en plástico reforzado con vidrio y chasis tubular esconde el poder americano de un V8 firmado por Ford o GM. Así que los fanáticos de los muscle car le darán su aprobación a regañadientes cuando su bólido inglés los derrote en el 1/4 de milla y por un amplio margen.

Si un auto de carreras para balancearse entre la delgada línea de la vida y la muerte no es lo suyo, existe otro exótico británico de la misma época. Digamos que es un Caterham pero con carrocería y una cabina amplia, no que sea muy grande para empezar. Es el Noble M10, biplaza descapotable motivado por un V6 de 2.5 litros proveniente del Ford Mondeo de la época, también llamado Contour por su versión estadounidense. Sus 169 hp no son nada del otro mundo pero con su peso por debajo de una tonelada lo convierten en un deportivo que casi nadie tendrá en EE.UU. En otras palabras, es un Lotus Elise pero más exclusivo.

10. Porsche 911 GT3 original

Cerramos la lista con un auto que nunca experimentaron los estadounidenses. Porque el Porsche 911 GT3 hoy es popular en todo el mundo, pero a EE.UU. tardó bastante en llegar. Porsche no tardó en crear un exitoso modelo de homologación para la calle basado en el controversial 996, con un motor bóxer de cárter seco inspirado en el 911 GT1 y 962, conocido de forma cariñosa Mezger por su diseñador. Suspensión más firme, un interior con solo lo necesario y un bodykit con mayor carga aerodinámica convertían al 911 GT3 original en todo un juguete de pista.

Encontrar uno no debe ser difícil considerando que muchos fueron preservados, así su primera serie sea algo limitada en números. Solo fíjese en el infame IMS Bearing, falla común en la transmisión y motor de los 996/Boxster cortesía del diseño doble de su cárter y cigüeñal.

Bonus: Pagani Zonda C12

Todo bufé necesita su postre y en este caso tenemos que agradecer a la fina cocina italoargentina. Horacio Pagani, hombre que recibió la bendición de Juan Manuel Fangio y Enzo Ferrari, deslumbró al mundo en 1999 con su opera prima: el Zonda C12. Un flamante deportivo que estrenó ese escape cúadruple que lucía como turbina, característico de todos los Pagani. Ah sí, también tenía un V12 del Mercedes-Benz Clase S Coupé (600 SEC) con 400 o 444 caballos de potencia y un demencial (para su época) 0 a 100 km/h en 4 segundos.

Sin duda es el modelo más exótico y bello de esta lista, particularmente su cabina que mezclaba un aire artesanal y purista con la elegancia de un deportivo italiano. Eso sí, buena suerte encontrando uno de estos Zonda C12 de primera serie, porque solo existen cinco de ellos, seis si cuenta uno destruido en pruebas de choque. Hey, soñar no cuesta nada, ¿verdad?

10-autos-importar-Estados-Unidos
Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí