Existen patentes descabelladas, revolucionarias y con mucha visión, pero nada como esto. Ferrari, la última marca de la que esperábamos algo tan radical, tiene en mente la creación de un motor avanzado como ningún otro en su historia, cuyo uso de hidrógeno en vez de gasolina es quizá lo más cuerdo de todo. Es cierto que es sólo una patente, el equivalente a una visión plasmada en un documento de lo que puede ser a futuro.
Ello no demerita el plan loco de Ferrari, cuya intención primaria es salvar el motor a combustión cambiando el combustible fósil por el hidrógeno. Tan radical como esta patente es el hecho que alguien encontró esto en la red y lo divulgó, sólo para que nos hagamos una idea de los avances y desarrollos que Ferrari tiene en mente de cara al futuro.
Giro literal de 180 grados
Como buenos ingenieros italianos, el concepto de este motor es quizá demasiado ambicioso. Es vistoso, complicado, radical y rechaza la noción que la electricidad es el único futuro, no se puede esperar menos de las mentes italianas que gravitan en Maranello por estos días.
Para empezar, es un motor de seis cilindros invertido. No, no de cilindros opuestos como los que alguna vez usó Ferrari, sino un seis en línea que fue ubicado con sus pistones mirando hacia abajo. La idea es que el cigüeñal y ejes de transmisión estén encima (donde la culata normalmente está), liberando espacio bajo el motor para instalar dispositivos aerodinámicos como difusores, sin la interferencia de escapes u otras partes similares.
Básicamente, esto es un motor de avión de combate. Además de sortear el asunto de la circulación de aceite y la disposición de los ejes, Ferrari imagina un par de turbos operados de forma eléctrica. Similar al sistema que usa Mercedes-AMG, energía eléctrica generada por el eje delantero provee movimiento a las turbinas, valiéndose también del frenado regenerativo.
Jugando con diferente sobrealimentación
Parece un proyecto de científico loco pero espere, que hay más en este motor. Ferrari imagina varias configuraciones para “potenciar más” su radical motor a hidrógeno, incluyendo un sistema eléctrico KERS como el que se usa en F1, turbinas con este sistema eléctrico y hasta un sobrealimentador conectado a la transmisión. Esa última idea permitiendo que potencia y velocidad variable viaje de forma independiente a cada rueda.
La cereza en esta hipotética creación son los tanques de hidrógeno, ubicados a cada lado de la culata y valiéndose de la disposición del motor seis en línea. Si salimos un momento del plano de lo real, estas patentes son una completa locura y a la vez una genialidad en ingeniería. Quizá no sea posible con la tecnología actual, pero Ferrari no teme a la hora de alimentar una idea tan radical y explorar maneras de aplicar elementos aquí descritos en sus modelos reales.
Propulsor exótico para los autos más exclusivos
En otras palabras, un Ferrari con este motor así tal cual descrito no parece plausible en un futuro cercano. Ideas como los turbo alimentados por electricidad y frenado regenerativo, una transmisión con diferenciales extra para alterar la velocidad de cada rueda y el uso de hidrógeno en vez de gasolina parecen más realistas, al menos en la siguiente década.
Francamente, estos planos detallan un motor demasiado radical y complicado para su propio bien. Pero no puedo evitar aplaudir a los ingenieros de la marca, por atreverse a explorar este tipo de ideas. Además, es Ferrari: un motor así no está concebido para los mortales, sino para unos pocos que se puedan dar el lujo. Nada más mire al Testarrossa o F355, dos modelos que requieren retirar por completo sus motores para cambiar su correa de repartición.
