Los crossovers no son el tipo de vehículos más atractivos, pero cuando se hacen así cambia el asunto. Este es el sucesor espiritual del Renault Espace con motor de F1, solo que viene de Japón (y EE.UU) con un enorme alerón y potencia híbrida. La diferencia es que Honda no le apuesta a la Fórmula 1 con este ejemplar de CR-V llena de esteroides, sino a su contraparte americana: Indycar.
Así es, esta es una Honda CR-V que sí nos gustaría tener, y todo lo que se necesitó es el V6 híbrido que usarán en Indycar en 2024. Como podrá sospecharlo, esta creación nace para demostrar el nuevo motor que usará la categoría open wheel reina en EE.UU. Sí, justo como Fórmula 1, pero hecho por y para los americanos. Olvide los monoplazas, ¿para cuándo una categoría con solo estas camionetas con alerones gloriosos? Sería todo un espectáculo ver estas cajas sobre ruedas deslizarse majestuosamente en óvalos y circuitos.
La era híbrida de Indycar
El corazón de todo este proyecto es un V6 twin turbo con asistencia eléctrica de 2.2 litros construido por Honda EE.UU. Dicho propulsor es el que moverá a toda la parrilla de Indycar en 2024, motivo por el cual necesita ser afinado y es por eso que existe esta Honda CR-V. Es una mula de pruebas para demostrar el motor de forma llamativa y acumular kilómetros y kilómetros para asegurar su fiabilidad, potencia y todos los detalles que sean necesarios de afinar en ese nuevo propulsor.
Honda nos dice que el motor utiliza combustible Shell sintético junto a un generador de energía con un supercondensador. Este reemplaza una batería tradicional almacenando energía y reutilizándola de forma más rápido, similar a un Lamborghini Sián. Una transmisión XTRAC secuencial de seis marchas administra la potencia de esta unidad que rondaría los 800 caballos. El motor eléctrico tiene lo que usted espera: regeneración de energía bajo frenado, botón de adelantamiento y poder para mover el auto a bajas velocidades.
Listo para la pista
Si bien el motor irá para Indycar, Honda dotó al CR-V de carreras con piezas de otros autos de carrera bajo su portafolio. La suspensión, por ejemplo, es de un Acura NSX GT3, y partes de los frenos y radiador provienen del actual Dallara IR-18 que compite en Indy. Por todo lo demás es un auto de carreras, con jaula antivuelco, elementos aerodinámicos, silla tipo cubo, volante multifunción, etc. La parte trasera de este CR-V abre como un cofre del tesoro para revelar al V6 híbrido en toda su gloria, y cuando la cierra este vehículo parece más un auto de fantasía que uno real.
El CR-V Hybrid Racer acompañará varios eventos de Indycar este año, incluyendo la apertura del campeonato en el Gran Premio de San Petersburgo el próximo 5 de marzo. Si los crossovers son el futuro, una serie con estos vehículos especificación GT3 como este CR-V sería todo un espectáculo en pista. Y pasará tarde que temprano, si es que todos los fabricantes se deciden por eliminar sus sedanes y hatchbacks.