Curioso que posiblemente el mejor auto de BMW M, y el último con la pureza que caracteriza a un deportivo de verdad, sea un homenaje al pasado. Por algo dicen que todo tiempo pasado fue mejor. Conocido como “Batimóvil” por su gigante alerón y aletas por doquier, el BMW 3.0 CSL es un ícono; el santo grial para los fanáticos de la casa bávara y el génesis de toda la división M. Así que 50 años después es más que apropiado que BMW le rinda tributo con esta interpretación moderna.
Olvídese del BMW M2, que aún es fantástico en su propio acorde a pesar de sus problemas de peso. Este es el último BMW M con transmisión manual, y quizá el último deportivo puro que veremos de la marca, antes de que la electrificación también se tome la división deportiva de Bimmer. ¿Será que el nuevo 3.0 CSL redime los pecados del BMW XM? Sí y no, porque es un auto excepcional que será un fruto prohibido para muchos de nosotros los mortales.
El seis en línea más potente de BMW
Usted recordará que a mediados de este año BMW revivió el nombre CSL (o Coupé Sport Leichtbau), dándole ese tratamiento al M4. Aquel auto además de ser un M4 Competition, tenía una dieta impresionante (de ahí que Leichtbau sea ligero), una pizca de potencia y unas fantásticas luces LED frontales color ámbar. En ese sentido, el BMW 3.0 CSL moderno toma todo lo bueno de ese M4, y mejora cada aspecto posible.
El primer cambio importante es que BMW tiró a la basura su transmisión secuencial Steptronic. Un homenaje como este requiere de algo bien “vieja escuela”: una caja manual de seis marchas. Pero no crea que es una transmisión con marchas sin sincronizar o algo así. Esta es una unidad moderna con rev-matching y un asistente para bajar de marcha de forma ideal en la pista. La pera o pomo de la palanca es la cereza sobre el pastel (literalmente), con un acabado brillante inspirado en el 3.0 CSL original.
Como no puede ser de otra forma, el BMW 3.0 CSL tiene un motor seis en línea de 3 litros. Este tipo de propulsor es una estampa de Baviera, y ha aparecido en el CSL original, el BMW M1 (el otro mejor M de la historia), el M5 original y por supuesto el M3 desde su segunda generación. Esta es su versión definitiva, con más potencia y torque que nunca: 552 caballos y 550 Nm de empuje, con la típica aceleración lineal que hace famosos a los Bimmer y el beneficio de mover un auto más ligero.
Hecho con cariño y dedicación
No se le olvide que Leichtbau es ligero, y a pesar de todos los sistemas de seguridad y tecnología moderna, este auto tenía que ser fiel a esa idea. Casi toda la carrocería es en fibra de carbón para mantener su peso controlado; y aunque BMW no nos quiso decir cuánto pesa, debe estar por debajo de los 1.625 kg del M4 CSL. Por cierto, toda la carrocería y chasis fueron esculpidos a mano por un grupo selecto de ingenieros de BMW M quienes se dedicaron exclusivamente a hacer realidad este proyecto.
Las ruedas traseras son las recipientes de toda la potencia del 3.0 CSL, con la ayuda de un diferencial M, llantas de 21 pulgadas (con cauchos de 20” adelante) y un control de tracción con 10 etapas de ajuste. La suspensión adaptativa, que ya es una estampa de BMW M, se asegura que el 3.0 CSL sea un sueño en la pista. Y si eso no es suficiente encontrará frenos de carbón cerámica y una dirección electroasistida con ajuste variable de acuerdo a la velocidad.
Un Batimóvil moderno
Quizá la única queja que pueda hacer sobre el nuevo 3.0 CSL es que su alerón no es enorme. Seguro, tiene los toques del “Batimóvil” original como sus luces ámbar, pero hasta el CSL Hommage de hace 7 años tenía un alerón extravagante. Para compensar, BMW arregló (¿puede creerlo?) la riñonera del M4, pero aún así no se abstuvo de hacerla grande. ¿Y sabe algo? No se ve mal.
Claro que ayuda el tono alpinweiss (o blanco alpino) del CSL original, junto a las líneas celeste, azul y rojo de BMW M y el enorme número 50 en los costados. Los rines dorados BBS con tuerca central son un toque excelente. La cabina tiene dos sillas tipo cubo y nada más porque la “butaca de atrás” es para anclar un par de cascos; y la fibra de carbón adorna el paisaje digital junto a una placa numerada con un número de 1 a 50.
Ese será el total de BMW 3.0 CSL que se construirán, y los rumores dicen que costarán una fortuna. Así que solo unos pocos privilegiados tendrán el honor de tener este pedacito de historia de BMW M, y el que es posiblemente el último deportivo puro de la división.