Ya conocimos a profundidad lo que tiene por ofrecer el Mini Cooper 2025 eléctrico, y es hora de explorar a su hermano Countryman. Con un lanzamiento doble la marca británica (o mejor dicho alemana) reveló su nuevo dúo de vehículos eléctricos, que en el futuro también ofrecerán variantes a gasolina.
Los días de llamar al Mini Countryman un hatchback quedan atrás, por fin este modelo eléctrico reconoce que es un crossover. Note que ya no es un Cooper Countryman, distinción reservada para el Mini más pequeño para no complicar las cosas en el portafolio de la marca. El Mini más grande siguió los pasos del más pequeño, con un diseño más limpio y minimalista poniendo un fuerte énfasis en su jovialidad. No obstante, hay elementos en su diseño que no terminan de cuajar bien.
Crisis de identidad
El problema reside en una pequeña crisis de identidad. El Mini Countryman eléctrico cae en una ambigüedad en la que quiere tener su propia imagen sin alejarse de lo que conocemos como un Mini. Ese punto medio hace que la apariencia del Countryman sea algo tibia. Los faros trapezoidales al frente lucen algo pequeños en comparación a la enorme parrilla (¿o boca?) del Countryman. Al menos luce mejor que sus antecesores.
En los costados reluce esa propia identidad que el Countryman quiere tener para sí mismo, con una silueta cuadrada, un techo flotante con un curioso pilar C que al menos lo diferencia de otros crossovers. Y en la parte trasera volvemos a lo mismo: unos faros LED con la bandera británica que identifica a Mini. Aunque esta vez esos faros LED se pueden personalizar con otras firmas lumínicas.
Ese choque de imágenes no deja que el Countryman sea su propio modelo rebelde separado del Cooper más chic. No es un mal diseño salvo las proporciones del frente, pero esa dualidad del Countryman no permite que brille. Donde sí destaca el Countryman es en su interior.
Brillando en la cabina
Ya lo exploramos en nuestro primer vistazo al Cooper eléctrico, y el Mini Countryman posee la misma interfaz y ambiente. Una pantalla OLED circular con una nueva interfaz, inteligencia artificial, modos de manejo y “emociones”, asistente personal y un patrón digital sobre el tablero. Donde destaca el Countryman es otorgando un ambiente más elegante que el Cooper, con rejillas de ventilación con apliques dorados. O el degradé de colores que recorre las puertas, dándole una pizca de distinción.
Muchos de estos materiales son reaprovechados y aparentan una elegancia mayor de lo que se espera en un Mini. Se ve como un habitáculo agradable de explorar y estar, con un poco más de espacio para ser competitivo frente a otros crossovers eléctricos del segmento.
Prestaciones típicas de su segmento
En cuanto a motores, el tamaño del Mini Countryman eléctrico le permite tener baterías más grandes. Serán dos sus versiones, el Countryman E con un motor de 201 hp: y el Countryman SE ALL4 con dos motores para una potencia combinada de 309 caballos. Ambos usarán una batería de 64.7 kWh, con un rango de 462 km para el primero y 433 para el segundo. Corriente alterna de 22 kW o directa de 130 kW será compatible con el Mini, recuperando un 80% de carga en 30 minutos con la segunda.
Mini nos dice que el Countryman eléctrico es 6 cm más alto y 13 cm más largo que su predecesor, sin sacrificar mucha altura al suelo o despeje. Es un auto para aventurarse de vez en cuando sobre la grava o incluso barro, pero sin cruzar los límites de un 4×4 extremo. En general no está mal, pero la necesidad de que luzca como un Mini en vez de darle rienda suelta al Countryman limita las posibilidades que este curioso crossover pueda tener.
