Lo que aquí ve es un auto que no solo es más elegante que muchos otros modelos de Renault, también es de alto desempeño para sus estándares. Es el Renault Rafale, un cupé-SUV con bastante alcurnia francesa que, nos atrevemos a decir, quiere montarle competencia a modelos de corte similar como el BMW X4, Audi Q3 Sportback y Mercedes-Benz GLC Coupé.
¿Es un error comparar esos cuatro modelos? Quizá. Lo que sucede es que Renault envuelve en un velo de lujo y misticismo al Rafale, como exclamando que no es un Renault cualquiera y tampoco un cupé-SUV del montón. Como mínimo, el Rafale sigue una tendencia de la marca en años recientes de modelos un poco más equipados, más distinguidos y con cierta alcurnia. Al final del día Renault nació como una marca premium, pero los efectos de ambas guerras mundiales los llevaron a reinventarse unos peldaños más abajo.
Renault te da alas
Antes de explorar lo que tiene por ofrecer el Renault Rafale, es válido analizar su diseño más allá de ser un cupé-SUV. Para empezar está el motivo aeronáutico del cual proviene el nombre Rafale, que significa ráfaga de viento repentina y también el nombre de un avión en el pasado aeronáutico de la marca.
Fácilmente los diseñadores de la marca pudieron cortar el techo al Renault Espace y salir temprano por un té frente a la torre Eiffel. En su lugar le dieron su propio diseño y carácter al Rafale, iniciando por el frente con una parrilla 3D con sutiles toques para que luzca iluminada. Su rostro incorpora ese motivo de rombos en las luces diurnas que debutó en el Clio, una línea alta en el capó y bastante musculatura en los pasos de rueda y costados.
Atrás está la típica caída de techo que caracteriza a un cupé-SUV culminando en un sutil spoiler. Es un diseño más bien limpio, que no sugiere el porte de un deportivo agresivo sino de algo para rodar a 80 km/h en total calma. Hasta la caligrafía del nombre Rafale es distinta a otros Renault, inspirando un aire de alcurnia por encima de los modelos de la marca. Letras que evocan a las que usa Porsche en sus modelos Spyder o Carrera.
Híbrido por dos o por cuatro
Motivando al Rafale se encuentra un propulsor híbrido, que por un lado tiene una unidad turbo de 3 cilindros y 1.2 litros; y por el otro dos motores eléctricos. En conjunto producen 200 caballos de potencia al igual que el Espace en el que se basa, moviendo las ruedas delanteras. Para igualar la apariencia deportiva, el Rafale tendrá una variante más poderosa, con el mismo motor a gasolina más uno en el eje trasero para darle 300 hp y tracción en las cuatro ruedas.
Renault tuvo especial cuidado en afinar las características de manejo del Rafale para alejarlo del Austral y Espace. Elementos como suspensión retocada, dirección en las cuatro ruedas y un volante con mejor respuesta hacen que este cupé-SUV se sienta más atlético de lo que debería. De paso también haciéndole honor a los logos Alpine que son sinónimo con desempeño y no tanto con lujo.
Elevando de a poco el Rombo
Su cabina es muy similar a la del Espace e incluso Mégane E-Tech. Es un lugar agradable de estar, con líneas fluidas que recorren el tablero digital de 12.3” y pantalla de 12” con el sistema OpenR. Ahora hay un enorme techo panorámico, los asientos están recubiertos en alcántara reciclada y hay acabados en corcho y madera para resultar más ecológico. Incluso las sillas en la versión Alpine tienen luces que se encienden con el latido de quien se sienta en ellas.
La tercera fila del Espace da lugar al techo fastback que si bien le roba espacio al Rafale, igual conserva un baúl de 530 litros. La interfaz tiene acceso a 35 apps de Google o si lo prefiere puede conectar su celular y olvidarse del resto; y eso incluye las sugerencias que brinde el sistema OpenR a través de su “pseudo inteligencia artificial”.
No seremos los mayores fanáticos de la moda cupé-SUV, pero al menos el Renault Rafale es un producto muy bien terminado. Es un Renault que sube un poco de estrato y sugiere que la marca quiere expandir sus horizontes y no solo apuntar al mercado popular, sino a uno que tenga gustos más refinados. Es un buen comienzo, que hace bien en tomar una plataforma existente y diferenciarse de todo el portafolio de Renault con una apariencia distinguida y bien lograda.