La oleada de vehículos eléctricos llegó con tanta fuerza, que también se apoderaron del premio a Auto Deportivo del Año, gracias al Audi e-tron GT. Cuando supimos que competía en esta categoría, no nos sorprendió mucho que fuera el ganador. Se trata de uno de los eléctricos más revolucionarios del año. Además, esta plataforma ya fue merecedora de este galardón, cuando se premió al Porsche Taycan como auto deportivo del año en el 2020. Aquella ocasión también vio al Taycan ser el auto lujoso del año, pero en ese entonces no estaba el esbelto Mercedes-Benz EQS para aguarle la fiesta.
La competencia para ganarse este título no fue fácil. En total, la lista de competidores por este premio fue de 12 autos, que al final se redujeron a 3: El Audi e-tron GT, el BMW M3/M4 y el Toyota GR86 o Subaru BRZ. No crea que esto se decidió por los números de potencia, ya que los 102 jurados tuvieron en cuenta toda una parafernalia de requerimientos para llegar al veredicto.
Lo que se tuvo en cuenta
Si miramos los números por encima, el Audi e-tron GT competía con mucha ventaja. Sin embargo, los jueces del World Car Awards no se fijaron solo en eso, sino en detalles como el ambiente para los ocupantes, el desempeño, el valor, la seguridad, la importancia en el mercado, el atractivo emocional y la innovación. Los puntos más fuertes del Audi fueron la seguridad, el desempeño, el atractivo emocional y la innovación. Esto no es sorpresa, ya que son sus fortalezas y se veían desde su lanzamiento. Deportivos como el BMW M3/M4 o el Toyota GR86 / Subaru BRZ se saben defender. No obstante, están lejos de ser el buque insignia de sus marcas, algo que Audi buscaba desde el principio.
Ahora, quizá parece que llegamos al mismo punto, pero déjenos explicarle. Lo que hace deportivo a un auto no es solo su potencia, sino las sensaciones que transmite. Audi logró que el e-tron GT se ganara el premio a Auto Deportivo del Año al darle una mezcla perfecta de emociones fuertes con sensación de seguridad. Los Bimmers en competencia tienen fama de ser violentos en su manejo, duros en su andar y de requerir experiencia para sacarles el jugo. El producto nacido entre Toyota y Subaru carece de potencia y, aunque tiene buenas sensaciones tras el volante, le faltan bases para dar emociones fuertes. Por donde lo mire, el Audi merece este título.