En este duelo alemán que se cocinó en la categoría de auto de lujo, el BMW Serie 5 conquistó y prevaleció sobre su archirrival en los World Car Awards. Mercedes-Benz tenía las posibilidades a su favor, pero fue BMW la que repitió premio en esta distinguida categoría que, valga la redundancia, premia a los modelos más distinguidos y lujosos del planeta. Ceremonia que tuvo lugar en el Salón de Nueva York, que por estos días avanza a toda marcha.
¿Sabe algo? Ya era hora para que la balanza de la suerte se inclinara a favor de BMW. Y es casi poético, ya que el anterior BMW M5 se llevó el reconocimiento a auto de desempeño del año en 2018 y su sucesor, el nuevo Serie 5, triunfa en la categoría de lujo de los World Car Awards.
No fue por falta de intentos y buenos modelos, en años pasados el BMW Serie 7, el iX y el Serie 8 estuvieron nominados a esta categoría.
Con el sabor BMW de antaño
Luego de 6 años, el BMW Serie 5 y su contraparte eléctrica, el i5, reciben el premio a auto del año de los World Car Awards. Quizá esa es la razón, al atacar el tema de la movilidad premium desde dos frentes: el motor a combustión y la electricidad pura.
Hay, sin embargo, otro motivo de peso que, frente a los rivales curados en esta categoría por el jurado (del cual somos parte), hace que el nuevo Serie 5 brille. Comparado con sus predecesores y siguiendo el precedente dejado por el portafolio actual de la marca, el Serie 5 es un momento de lucidez. Es una corrección al curso en diseño y filosofía que caracteriza a BMW, sustancia que se tornó diáfana en la última década y que el Serie 5 llegó para aliviar.
Con la inminente llegada de la plataforma Neue Klasse, la cual viene con diseños frescos con un toque firme del Bimmer del ayer; el Serie 5 es el último de su especie. Es el último “hurra” de la actual plataforma CLAR y, por tal razón, el equipo de diseño tenía que dejar la vara en alto.
Sensaciones de lujo y con categoría
A diferencia del M3, M4 e incluso Serie 7, el dúo dinámico del Serie 5 e i5 lucen contemporáneos. Sea en forma sedán o station wagon, su silueta evoca las buenas sensaciones de lujo que han identificado al Serie 5 a lo largo de sus más de 50 años. Es cierto, hay algunos detalles y exageraciones inescapables, pero sigue siendo un Serie 5, muy a pesar de su nueva motorización 100% eléctrica. Fuerte contraste a la familia EQ de Mercedes, la cual se desvía de esa dirección contemporánea y que no bastó para vencer a BMW en esta edición.
Hoy en día la tecnología va de la mano con la opulencia y al BMW Serie 5 no le falta. Desde la interfaz iDrive 9 con capacidad de conectar el celular y jugar videojuegos, una pantalla de cine (sólo para China), todo tipo de asistencias al confort y seguridad; hasta acabados intrincados y agradables al tacto y vista, el Serie 5 se siente como el verdadero buque insignia de BMW.
Para los que buscan la identidad deportiva de un sedán ejecutivo, todos los ingredientes están allí. Distribución de peso 50/50, variantes diésel o gasolina con hibridación al igual que electricidad pura y una suspensión adaptativa; lo único que falta es el modelo M5, que parece estar a la vuelta de la esquina.
En este eterno duelo de lujo alemán, BMW prevaleció de forma categórica con el Serie 5 e i5, una de nueve distinciones que ha recibido la marca en la historia de los World Car Awards.
