La oferta de automóviles eléctricos no para de crecer, especialmente cuando se trata de crossovers compactos de toda suerte, efecto amplificado por fabricantes chinos que no han tardado en inundar el mercado. Es ahí cuando llega Volvo con una promesa sobradamente interesante que tuvimos el gusto de conocer como jurados de los World Car Awards: el EX30. Como una marca cercana en su propuesta a los alemanes plenamente establecidos, el EX30 es un crossover muy coherente a lo que debería ser un eléctrico premium: algo útil para la ciudad pero con los refinamientos de un producto más elaborado de un fabricante que ya todos conocemos.
Y para colmo, el precio de entrada es lo verdaderamente rompedor más allá del formato. Así una versión de acceso empiece en los 180 millones de pesos colombianos, ese es precisamente el rango en el que andan muchas alternativas chinas del mismo calibre, pero en este caso se paga es por un Volvo y eso pesa en una balanza a la hora de evaluarlo contra un BYD o un Seres. ¿Cuál es el truco entonces? Que este Volvo tiene en sus genes un auto chino y está a la fecha fabricado en China.
Sueco de corazón, pero con padres chinos
Su plataforma SEA2 proviene de algo llamado Zeekr X y, para agregarle complejidad al asunto, la usan también los crossovers eléctricos de la renacida Smart; pero Smart es de Daimler y Volvo es de Geely, así que, si quieren decirlo, este EX30 también es un pariente de un Mercedes-Benz.
Con esos desarrollos conjuntos en el trasfondo, es claro que la inversión es grande y Volvo no le puede poner su nombre a lo que sea, motivo por el cual, si nadie llega a aclarar que está construido en un vehículo de origen chino, cualquiera creería que es un Volvo hecho y derecho, porque lo es.
Lo accesible del EX30 requiere de un ahorro de costos y eso está muy bien disimulado en su cabina y en sus soluciones ergonómicas. Es obvio que la pantalla central aglutina la mayoría de las funciones y facilita la producción de unidades con el volante a uno u otro costado; sin embargo, la creatividad fue un poco más allá: los espejos son una sola pieza móvil, tal como lo hemos visto en el Polestar 2 y las puertas están simplificadas al máximo así que los mandos para bajar los vidrios delanteros están en la consola central.
Además, el ajuste eléctrico de los asientos es una especie de cuadrado giratorio que ahorra la utilización de más componentes, así que cambiar algo como el soporte lumbar implica el uso de un botón multifuncional en el centro de dicho cuadrado. Los botones físicos se mantienen al mínimo y Volvo hizo un esfuerzo por hacer el manejo de la pantalla fluido e intuitivo, con funciones necesarias que no son difíciles de encontrar (el ajuste de los espejos externos es desde ahí) o el hecho de darle mucha importancia a los comandos de voz en acciones como cargar una ruta al navegador, con ayuda del asistente de voz de Google.
Virtuoso eléctrico para las masas
Para evitar la excesiva simpleza de ejemplares como un Tesla Model 3, Volvo ha sabido darle su toque propio a los asientos (excelentes, como de costumbre), al plástico utilizado en el tablero y a la decoración de la superficie lisa más visible al frente y en las puertas, que es posible encargarla con distintos patrones y combinaciones. La forma cuadrada de la carrocería ayuda a una habitabilidad decente para un largo que ronda los 4.2 metros.
La clave es que su forma de manejarse es asociable a un Volvo y lleva esas virtudes a un formato más compacto. Contrario a lo que pasa por ejemplo en Mercedes-Benz, en el que sus autos compactos son más toscos a sus hermanos mayores, en este Volvo pasa más bien como en Audi, que sin importar el tamaño se cumplen ciertos estándares de refinamiento. El EX30 absorbe las irregularidades del camino con silencio y suavidad y rueda en autopista plantado, pues así no sea muy voluminoso, la distancia entre ejes es de unos respetables 2.65 m.
En la unidad manejada, había un motor trasero más que suficiente para el uso lógico de un crossover de esta tipología, con 268 caballos de potencia y 343 Nm. La batería de casi 70 kWh en esta variante de rango extendido basta para una autonomía estimada de 480 km. Siendo un eléctrico, el peso es alto en relación a sus contenidas proporciones, con más de 1.8 toneladas. Igual, eso ayuda a suavizar su marcha y el comportamiento en vías más exigentes es competente mas no emocionante, muy al estilo de lo que son otros Volvo.
La combinación de un precio atractivo, un diseño vanguardista, un emblema reconocido e incluso aspiracional y una conducción en el nivel esperado, hacen que el EX30 tenga mucho futuro y sea un potencial acierto de la casa sueca, que ha hecho muy buen uso del capital oriental para crecer y proponer. Sin dudas el Volvo EX30 es un candidato a tener muy presente en la categoría de Auto o Eléctrico del Año en los World Car Awards.
Volvo EX30 Plus RWD 2024
Largo | 4.23 metros |
Tipo de motor | Eléctrico síncrono |
Potencia | 268 hp |
Torque | 343 Nm |
Tracción | Trasera |
Capacidad de la batería | 69 kWh |