Por estos días tuvimos el gusto de probar a la poderosa Ford Ranger Raptor de origen europeo. Un video llegará pronto, así que mientras tanto deleitemos la mirada con esto. Carlex Design decide aplicar su propio retoque a la Ford Ranger Raptor, con una apariencia más robusta, muchos accesorios y un interior que quiere generarle envidia a las ediciones Eddie Bauer y King Ranch de Ford.
Carlex bautiza a la Ford Ranger Raptor con su diseño la edición “CRX T-Rex”. Tal vez olvidaron que CRX es un nombre mayormente asociado con el Honda Civic y del Sol, así que mientras preparan su demanda, lo que quiere Carlex es crear un modelo Raptor más distinguido. No que el interior de la Ranger Raptor esté mal porque es muy bien logrado y cómodo, pero para este preparador europeo “pudo ser mejor”.
Algunos toques en rudeza
En el exterior Carlex aplica un paquete “Raptor 2.0” a la Ford Ranger, ensanchando los pasos de las ruedas, nuevos estribos, defensas en Line-X (material resistente similar al acero), barras deportivas San Antonio y nuevos gráficos. Curiosamente la inscripción “pickup design” adorna las defensas y barras, como esas frases que a veces tienen los autos “modificados” y que no tienen ningún sentido. Usted sabe a qué me refiero.
Las llantas y rines son más grandes y aptas para todoterreno. Carlex instala una toma de aire funcional al frente, una barra en el techo con más iluminación LED, acentos de color naranja e inscripciones T-Rex por doquier. Hasta las mordazas (o calipers) de los frenos reciben un nuevo color naranja, que contrasta bien con los rines de 18 pulgadas.
El mar anaranjado del interior
Sin embargo, la especialidad de Carlex es la tapicería, por lo que dan rienda suelta a su “artesanía” en la cabina de la Ford Ranger Raptor. Las sillas delanteras de diseño “aeronáutico” son retapizadas con cuero naranja, material que se extiende a todas las superficies del interior y que son tan intensas como el humo que provocan los fanáticos de Max Verstappen o una piscina llena de Fanta.
En la fila de atrás instalan dos sillas “tipo cubo” conservando una butaca más simple para el pasajero del medio. Hay toques de Alcántara en las sillas, el techo y el volante, y de nuevo tenemos que hacer énfasis en la obscena cantidad de cuero anaranjado que puebla el interior.
Seguramente a alguien le encantará, porque esa es la magia del tuning y mundo automotriz. Eso sí, tiene que ser alguien al que le sobren 100.000 euros, porque eso cuesta la conversión sin contar el valor de la pickup. Para mejoras en desempeño tendremos que esperar a algún otro preparador que le de más picante al V6 biturbo de 288 hp, o altere la suspensión dinámica con amortiguadores Fox que la Ranger Raptor posee.
