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Singer es una compañía que, además de crear excelentes restomod de Porsche clásicos, tiene la cualidad de permanecer en silencio por meses y regresar de forma espectacular. Y entre todos sus proyectos, quizá este es el más fascinante y llamativo de todos. Se llama Singer DLS Turbo, y es un ejercicio para transformar al Porsche 911 964 en un monstruo para circuitos con el ADN ganador de Porsche en competencias.

Si es un conocedor no solo de autos de carrera sino de aquellos con el sello de Stuttgart, notará que los dos ejercicios que presenta el preparador son familiares. Eso es porque el Singer DLS Turbo se basa en los Porsche 934 y 935 tan famosos en carreras de resistencia durante los años setenta y ochenta, incluso antes de la llegada del 911 964 en el que este proyecto se basa. Una apariencia tan vistosa no es coincidencia, porque Singer quiere que usen esta creación como un arma para divertirse en serio en las pistas.

Nada más mire esas caderas (bodykit) y ese alerón. Y eso que son apenas unos renders bastante realistas.

El monstruo naranja para pista…

Para aquellos más aguerridos está el Singer DLS Turbo para pista, completo con alerón glorioso, bodykit y un tono naranja (en el render) que evoca de inmediato a esos Porsche 934 patrocinados por Jägermeister. Es apenas un diseño en estudio, pero el DLS Turbo evoca en concreto a los 934/5 que arrasaron con el campeonato de SCCA en Estados Unidos en 1977. Modelo que de cierta manera inspiró a los siguientes 935 y sus revisiones por Kremer que ganaron en Le Mans.

Puesto de otra forma, es una réplica actualizada del 934/5 con los pasos de rueda ensanchados, frente alargado con un sutil splitter, un enorme alerón donde iría el spoiler cola de ballena y una legalidad en calle que dependerá de dónde lo conduzca. Singer quiso enfocarse en generar gran cantidad de carga aerodinámica pero sin exagerar. Que aún se sienta vieja escuela y análogo, como un Porsche 959 o Ferrari F40.

… y su contraparte callejera

Al otro lado del espectro, el DLS Turbo más “civilizado” es este ejemplar dorado que desecha el alerón por un spoiler cola de pato más “sutil”. Eso sí, no pierde el bodykit ensanchado ni la locura. Ambos ejemplares tienen su interior retocado y restaurado, con énfasis en la rigidez del chasis (jaula antivuelco) y materiales ligeros pero que luzcan elegantes y preserven el aura de un 911. De ahí el nombre DLS, que significa Estudio en Dinámica y Peso, o Dynamics & Lightweight Study.

El corazón de la bestia

No podemos irnos sin lo que motivaría al Singer DLS Turbo, un motor que le hace honor a la configuración bóxer que Porsche estima. Con seis cilindros opuestos, estas unidades de 3.8 litros turbocargadas ascenderían a los 700 caballos de potencia y serían capaces de rozar las 9.000 revoluciones por minuto. Como los renders sugieren, usarán una transmisión manual para administrar tanto poderío.

Singer no lo reveló, pero este dúo de conceptos tendrían suspensiones ajustables modernas, frenos capaces de lidiar con semejante potencia y algunas comodidades modernas. Pero no muchas, porque este es un Porsche para puristas. Unos con muchísimo dinero y ojalá ganas de conducir una de estas monstruosidades en vez de preservarla en un museo.

Ahora que estos dos obtienen el título de “creaciones más radicales hechas por Singer”, nos preguntamos qué seguirá en la mente de sus creativos.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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