¿El futuro es ahora? Vivimos en una época en la que todo tiene que ser digital. Si tiene los términos “táctil”, “inalámbrico”, “inteligencia artificial” o “conectado a la nube” mucho mejor, no importa que el público no necesite todo eso. Hasta ahora, el timón o volante es el único que se ha salvado de recibir pantallas, porque sería poco práctico de tener con un airbag detrás.
Pues parece que todo eso está por cambiar. ZF, empresa alemana que no sólo se especializa en transmisiones, acaba de lograr un avance importante. Sus ingenieros acaban de crear un volante cuyo airbag no está ubicado en el centro, abriendo la puerta para nuevos diseños que incluyan pantallas u otras cosas así.
Y aclaro, ZF no inventó este volante con dicha intención, pero usted sabe que las marcas encontrarán la manera de añadir otra distracción frente a los ojos del conductor.
Reajustando la bolsa de aire
¿Cómo funciona? Es relativamente simple. Lo que hizo ZF fue ubicar el airbag en la parte superior del centro del volante, esa zona donde usted a veces reposa sus manos en un semáforo. Utilizando un mecanismo de detonación e inflado distinto, el airbag emerge de esta parte superior del volante y se despliega hacia el conductor en milisegundos, cumpliendo su función de forma normal.
En otras palabras, el airbag ya no está en el centro del volante, liberando un espacio importante para los diseñadores. ZF cree que esta configuración permitirá ubicar en el volante controles esenciales e incluso alertas vitales, como las alertas de los sensores de proximidad y puntos ciegos.
Más sensores se podrían agregar al volante, sea para vigilar la atención del conductor o alertarlo de un accidente, cambio en el límite de velocidad o carril. Honestamente, la intención de ZF va orientada hacia la seguridad y para permitir una distribución más eficiente de los componentes del volante y, en ese sentido, no está nada mal.
La puerta que abre esta innovación
El problema es, bueno evidente. Tarde que temprano, esas marcas fascinadas con pantallas más y más grandes incluirán una pequeña pantalla allí. Es decir, otra distracción más para el conductor, esta vez directamente en su campo de visión.
Aquí es donde las regulaciones de seguridad y entidades como Euro y Latin NCAP o el IIHS en Estados Unidos deben requerir que ninguna interfaz de este tipo pueda ubicarse en el volante. Ya lo hacen con ciertos controles que deben ser físicos, así que no es descabellado que motiven a las marcas a no darnos otra razón más para que los conductores desvíen su mirada.
Suficiente tenemos con tantos asistentes, pantallas y teléfonos móviles, como para añadir otra distracción más.
