Esta semana BMW llegó pisando fuerte dentro del segmento de los autos eléctricos. Porque presentó no uno sino dos nuevos modelos que se suman a su gama de vehículos cero emisiones: El BMW i4 y el iX, creados para segmentos completamente opuestos, pero con un objetivo en común, la electrificación total.
Para darle orden a las cosas, en este espacio le contaré sobre el nuevo BMW iX, que en esencia es un crossover eléctrico similar al actual BMW X5. Aunque la casa bávara no lo denomina como tal, sino como un SAV o Sports Activity Vehicle. En pocas palabras, un eufemismo para no decir “es otro crossover eléctrico”. Sin más preámbulo, veamos qué tiene que ofrecer el nuevo crossover a corriente de BMW.
Un crossover con nombre extravagante
El nuevo BMW iX vendrá, por ahora, en dos sabores: iX xDrive 50 y xDrive 40, ambos con tracción en las 4 ruedas. La primera tendrá una potencia de 523 caballos y una autonomía estimada de 630 Km. En cuanto al “modelo de entrada” xDrive 40, su poder será de “tan solo” 326 caballos de potencia, con un rango de 425 Km. Una versión deportiva xDrive M60 con 600 caballos de potencia estaría en camino, para darle más diversión a la línea de cross … digo Sports Activity Vehicles.
Creo que es hora de abordar al elefante en el cuarto. El diseño del nuevo BMW iX es … peculiar. Por un lado, se ve más grande de lo que realmente es, aunque sólo tiene espacio para 5 pasajeros, en contraste con los 7 que sienta un X7. A pesar de ello, el iX es bastante aerodinámico, gracias a sus líneas masajeadas en el túnel de viento, otorgándole un coeficiente aerodinámico de 0.25. No estará al nivel Mercedes-Benz EQB o un Audi e-tron a la hora de cortar el viento, pero las figuras del bimmer son respetables. Un 0 a 100 Km/h en 4.6 segundos tampoco es despreciable para un vehículo de su clase.
Luego está, por supuesto, la infame riñonera, que no importa que tantas opiniones genere, está para quedarse. Lo curioso es que este diseño tiene un nuevo propósito, ya que la parrilla del iX funciona como un panel cargado de sensores y cámaras; con una capa de poliuretano que “auto repara” rayones en 24 horas, o 5 minutos si aplica aire caliente.
Diseño interior opuesto al exterior
En contraste con su exterior rimbombante, el interior del iX toma una filosofía totalmente distinta a su carrocería. Allí, BMW optó por el diseño más limpio, y sutil posible, eliminando el exceso de pantallas y botones. Las pocas pantallas que habitan el tablero del iX parecen flotar en medio del habitáculo, con el fin de interferir lo menos posible con la visión del conductor. Todos los controles del sistema iDrive son administrados desde la consola central, con un centro análogo que incorpora botones físicos para proveer una experiencia más intuitiva.
El resto del interior posee el nivel de lujo que es de esperarse de un vehículo de su clase, a la vez que incorpora el uso de materiales reciclables para reducir lo más posible la huella ecológica del iX. Como es de costumbre, este crossover viene equipado con toda la parafernalia de conectividad y asistentes electrónicos con los cuales ya somos familiares.
Para destacar algunos, el iX posee frenado automático y desplazamiento por inercia, que casi funciona como un piloto automático y varía de acuerdo al tráfico. El iX también posee un instructor que le da tips para manejar de forma eficiente y aprovechar cada kilovatio del auto. Es casi una exigencia moderna que el sistema de carga sea rápido, y para el BMW iX con 30 a 35 minutos de carga puede pasar de 10% a 80% de batería. Si está en un apuro, con sólo 10 minutos de carga rápida el iX es capaz de recorrer entre 100 y 150 Km.
El nuevo BMW iX emergerá de la planta eléctrica de la marca en Dingolfing a comienzos del otro año, con un precio que girará en torno a los $75.000-85.000 dólares aproximadamente, de acuerdo a la versión. Y puedo apostarle a que la variante M del iX ascenderá fácilmente a los 6 dígitos. Esperamos que tenga espacio de sobra en el garaje para este “mamut” bávaro.