Puede que el titular aquí presente diga “Norteamérica”, pero esto también compete a todo el continente americano, así no se venda (aún) oficialmente al Audi RS 3. Como puede intuirlo, el aclamado deportivo compacto de los Cuatro Aros por fin llegó a este lado del pacífico, para el deleite de todos los entusiastas que quieren un auto práctico con medio motor de Lamborghini. Sólo que, como siempre, hay un par de “peros” que nos alejan del RS 3. Y no sólo es el precio, o el hecho que va camino exclusivamente para Estados Unidos.
Primero lo positivo. Esta versión del Audi RS 3 posee el beneficio de no estar tan restringida por emisiones. Es decir, su motor de cinco cilindros y 2.5 litros sube hasta los 401 hp, en comparación a los 395 equinos de la versión europea. El sistema Quattro tiene vectorización de torque y modo drift, una caja DCT secuencial de 7 marchas y una velocidad tope de 290 km/h, sin el molesto limitador. Aquí es donde empiezan las condiciones, porque Audi ofrece al RS 3 con varios paquetes adicionales, y exclusivamente en carrocería sedán. Nada de Sportback para Norteamérica.
Una plétora de paquetes opcionales
¿Qué es lo malo? Para empezar, el precio. El Audi RS 3 comienza en 59.995 dólares, incluyendo costos de envío. Valor que lo coloca relativamente cerca de un BMW M3 básico con transmisión manual, y con casi 100 hp de más. Eso sí, el RS 3 es un auto bastante único, y con prestaciones muy por encima de su clase. Frente a otros “rivales” más apropiados, el RS 3 estaría a la par de autos como el Mercedes-AMG C43 o el Cadillac CT4-V Blackwing, que rondan un precio similar. Claro está, eso es por un RS 3 con las opciones más básicas, y de color Kyalami Green, el único tono que no tiene un costo adicional.
Aquí es donde se empiezan a sumar las opciones y paquetes adicionales. Como el RS Technology, que añade un estéreo Bang & Olufsen y head-up display; RS Design, el cual compatible sólo con el color verde y que agrega molduras oscurecidas, un interior con acentos verdes y otros elementos estéticos en fibra de carbón. Hay opciones para añadir llantas Pirelli P Zero Trofeo R y discos de carbón cerámica adelante y atrás; así como una para quitar el limitador de velocidad. Cada color cuesta unos 600 dólares más, o 3.200 si es un tono especial.
La verdad es que, si se deja llevar por la locura de la interfaz para configurar su propio Audi RS 3, puede estar ante una factura que ascienda a los 76.000 dólares. Eso ya es territorio de un RS5 o un M3 Competition; y si quiere comparar, esos dos son más potentes y espaciosos que la pequeña maravilla de Audi. No ayuda el estado del mercado automotriz, que está patas arriba por la guerra, y por los constantes efectos de una pandemia que no termina de irse.