Hay un dicho que dice “el que mucho se despide, poco se va”. Ese parece ser el caso con el Ford GT, el cuál pensamos que ya había pasado a mejor vida, y ahora tiene otra edición final. La diferencia es que este «MK IV» tiene un alerón gigante y glorioso, mucha potencia y un color especial para despedir con propiedad al Ford GT.
El nombre no es coincidencia, ya que este Ford GT en particular rinde tributo al GT40 MK IV que triunfó en las 24 horas de Le Mans pilotado por Dan Gurney y A.J. Foyt. Dicha victoria ocurrió en 1967, por lo que es más que apropiado que Ford sólo produzca 67 unidades de este bólido para la pista. Y sí, a diferencia de los demás Ford GT especiales, este en particular es para uso exclusivo en circuitos.
Despedida en las pistas
Para empezar la segunda (y ojalá última) despedida del Ford GT llega con el motor especial que esperábamos. El V6 twin turbo Ecoboost salta de 660 a 800 caballos de potencia, que todavía viajan a las ruedas traseras pero ahora administrados por una caja secuencial de carreras. Ford no quiso decir de cuántos reglajes, pero lo normal en carreras es tener seis marchas. Así que usted saque sus conclusiones.
La suspensión es una obra de arte de Multimatic, con válvulas en los amortiguadores para ajustar la altura y rebote de estos. Esa es la misma magia negra que utiliza la Chevy Silverado ZR2 y el Ferrari Purosangue para pegarse a la pista o saltar sobre rocas. Los cauchos lisos (o slicks) que luce este Ford GT MK IV también ayudan a que este hypercar se pegue a la pista en todo momento.
Ford también ensanchó los ejes para acomodar la suspensión y nuevas llantas; así como mejorar la estabilidad del auto a altas velocidades. Y luego está el paquete aerodinámico, que va al extremo con un gigantesco alerón, splitter frontal tan largo como una banca de parque, tomas de aire en los costados y un prominente difusor en la parte trasera. Para que quede claro que este auto no puede andar en calles normales.
Exclusivo solo para “los que diga Ford”
Fuera de esos cambios radicales, estéticamente no cambia mucho este Ford GT. Las luces frontales son la última diferencia importante, con un diseño más minimalista en comparación al “GT normal”.
Claro que este auto no es para cualquier persona. Ford le ofrecerá el GT MK IV solo a “clientes que ellos aprueben” por la estratosférica suma de 1.7 millones de dólares. Ni un milagro de navidad hará que usted o yo tengamos acceso a tan exclusivo y final hypercar del Óvalo Azul.
