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No todo es Fórmula 1, señores. Mientras muchos esperan la llegada de F1, que por fin despierta este fin de semana, muchos deportes ya tienen luz verde en su temporada. IMSA abrió con los fantásticos Miata y luego las 24 Horas de Le Mans, Dakar casi nos da un final de infarto y luego está NASCAR, con la última carrera de Cup Series este domingo. Sí, haga todos los chistes sobre dar vueltas en círculos, pero anoche NASCAR no solo nos dio una victoria latina con Daniel Suárez, fue un final de infarto y uno de los más apretados en todo el automovilismo, con tres autos lado a lado separados por milésimas.

Por esto es que soy fan del automovilismo

Olvídese de ganar por un segundo o una vuelta, esto es NASCAR señores. Puede que este servidor, como fanático de ese deporte, no apruebe que el óvalo de Atlanta ahora sea una pista de restrictores. Término que aplica a esos óvalos donde se va siempre a fondo y los competidores van todos juntos en una, dos o incluso tres filas, como es el caso de Daytona y Talladega.

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¿Puede creer que el ganador chocó en la segunda vuelta? Así es NASCAR, incluso con bastantes banderas amarillas en las últimas 100 vueltas.

Pero no puedo negar que el final de la carrera fue de lo más emocionante en años, desde que Ross Chastain nos regaló el “Hail Melon” hace unos años. Qué apropiado que su compañero de equipo nos dio esta perla para enmarcar. ¿Lo mejor? Este ni siquiera es el final más cerrado de una carrera de NASCAR, es el tercero. Los dos primeros son igual de legendarios y la diferencia es casi mínima: 0.002 segundos.

Final para los libros de historia

Tres milésimas de segundo, más rápido que un suspiro, que un pestañeo, a la par del aleteo de un colibrí. Esa fue la diferencia entre el vigente campeón Ryan Blaney (12), el bicampeón Kyle Busch (8) y Daniel Suárez (99), en un final que incluso la cámara de alta velocidad en la meta tuvo problemas para distinguir. Con NASCAR, lo hermoso es que al dar inicio a esas 260 vueltas, no se sabe con certeza quién será el ganador.

Para que se haga una idea, Ryan Blaney lideró esas últimas vueltas y tomó la bandera blanca como el líder. Busch y Suárez, ambos en Chevrolet, decidieron hacer su movida en la recta posterior, quedando los tres lado a lado en la última curva en una pista que, con suerte, tiene espacio para esos tres. Ninguno de ellos tuvo contactos innecesarios ni maniobras sucias, simplemente fue una carrera limpia a fondo hasta la bandera a cuadros y que gane el que más tuviese impulso.

Suárez se impuso al final, con un photo finish digno de la primera película de Cars. Es la segunda victoria del mexicano en el máximo nivel de NASCAR y se une al club de pilotos sin nacionalidad estadounidense con más de dos victorias, junto a Marcos Ambrose y Juan Pablo MontoyaDos leyendas internacionales, nada más ni nada menos.

Sabemos que F1 es la categoría reina pero no nos engañemos: Red Bull va a dominar. Así que dele una oportunidad a otras disciplinas como IMSA, WEC, MotoGP, Indycar y NASCAR, le prometo que no va a decepcionarse. Si aún no se convence, el equipo del mexicano Suárez tiene como dueño a Pitbull. No solo eso, cuando ganan su tradición es romper piñatas y sandías. Sin mencionar que es el único latino representándonos en NASCAR en este momento.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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